DIRECTOR
SINOPSISVincenzo Marra
Enzo es un muchacho de dieciocho años que vive con su familia en el barrio de Secondigliano, en Nápoles. Tras la muerte de su padre, el joven decide ponerse manos a la obra para ayudar a su familia, aunque deberá hacer frente a una serie de vicisitudes. Gracias a su determinación, el muchacho recuperará la dignidad que su familia corría el riesgo de perder para siempre.
REFERENCIA
Vincenzo Marra (Nápoles, 1972) estudió en la facultad de derecho de la Universidad La Sapienza de Roma. Entre sus intereses destacan las actividades relacionadas con Argentina y, más concretamente, con el caso de los italianos desaparecidos en ese país. Además, siempre se ha sentido identificado con el conflicto de Irlanda del Norte. De joven trabajó como fotógrafo deportivo. En 1998 escribe, produce y dirige el cortometraje Una Rosa Prego, que se presentó en varios festivales. Ese mismo año gana una beca del Premio Solinas por el guión de Giorno per Giorno, y también escribe, dirige y produce el cortometraje La Vestizione, presentado en el Festival de Cine de Turín (1998), entre otros.
En 2001 escribe y dirige su primer largometraje, titulado Tornando a Casa, que entre muchos otros ha recibido varios premios, entre ellos, el Premio a la Mejor película - Mostra del Cinema Di Venezia; Premio F.I.C.C. (Federazione Italiana Circoli del Cinema); Premio F.E.D.I.C. (Federazione Italiana Cine Club) y Premio a la Mejor película - Festival de Annecy 2001.
En 2001 escribe, produce y dirige el documental Estranei alla Massa. De 2003 es su otro documental Paesaggio a Sud.
En 2004 escribe y dirige su segundo largometraje de ficción Viento de tierra (Vento di terra), que participa en la Mostra del Cinema di Venezia 2004, sección Venezia Orizzonti. Obtiene el Premio Fipresci y una Mención Especial Venecia Orizzonti y Premio Pasinetti al Film más Innovador.
Marra cuenta cómo surgió la idea del film: “La idea para la película surgió a partir de una pregunta: ¿Qué sucede cuando una o varias desgracias, totalmente imprevistas, se cruzan en el camino de alguien que no tiene la capacidad para soportar este tipo de acontecimientos, que carece de lo que yo llamo ‘un paracaídas’?
”Esta pregunta empezó a rondar por mi cabeza cuando me encontraba en Nueva York. Mientras caminaba por sus calles, pude observar a un buen número de vagabundos y gente desesperada, vagando como zombis por la gran metrópoli. Entonces, le pregunté a mi acompañante: ‘¿Qué pasaría si una de estas personas tuviera un accidente y necesitara asistencia médica?’.
”Su respuesta fue lapidaria: ‘Amigo, si no tienes una tarjeta de crédito ¡estás perdido! Sólo hay un hospital en la ciudad para aquellos que no la poseen, pero es una leprosería en todo sentido y lo cierto es que el que entra... ¡rara vez sale vivo!’.
"Al volver a Italia, la idea de esta película ya se había convertido en una necesidad para mí. Decidí imaginar a un muchacho, a una familia ‘sin paracaídas’. Partimos de uno de los muchos barrios de la periferia de Nápoles, mi ciudad; uno de esos barrios en los que, a menudo, los acontecimientos superan con creces a los individuos que deben enfrentarse a ellos”.
Con respecto a su cine, el autor ha declarado: "Quiero hacer películas con la gente, no sobre la gente" (*). Viento de tierra parece evocar la tradición realista del cine italiano, proponiendo un duro relato de vida, magníficamente interpretado por actores no profesionales. “Intento hacer lo que me gusta, ya sea ficción o documentales, con toda la libertad posible. Mis películas pueden evocar el género documental, pero creo que en Tornando a casa y Viento de Tierra hay muy pocas escenas documentales, es sobre todo ficción. Quiero estar lo más cerca posible de la realidad porque creo que eso es coherente con el filme que quiero hacer. Pero en la ficción el recorrido está invertido: hay una preparación técnica para llegar a la realidad, mientras que en el documental tomo la realidad en estado bruto e intento hacer una película” (*).
El director continúa, refiriéndose esta vez a su trabajo con la gente de Nápoles, los protagonistas de su film: “Había una cuestión de comunicación profunda que sólo consigo compartir con la gente de allí. En ciudades tan antiguas como Nápoles, hay un código entre la gente, existen palabras en el silencio. Vincenzo Pacilli, el protagonista, sólo tenía 16 años cuando la rodamos. No quería tener un actor que recitara. Al final, hemos llegado a un buen resultado, pero al cabo de mucho trabajo” (*).
A pesar de todos los problemas que esa familia enfrenta, la película nunca se convierte en un melodrama: “Me gusta mantener una cierta distancia. Soy como un fotógrafo que capta la realidad pero no toda la realidad. El lado espectacular no me gusta. Pero creo que Viento de Tierra es también una película sobre la esperanza, aunque después de haber viajado mucho para presentar la película me he enterado que la gente no latina tiene tendencia a ver la película justo como un drama. El final de la película es duro porque no quería engañar al espectador, no quería tener un ‘happy ending’ a la americana”.
(*) Declaraciones tomadas de www.cineuropa.org.
FUNCIONES:
GALERíA DE FOTOS:
FICHA TÉCNICA:
Guion: Vincenzo Marra
Producción: Gianni Romoli, Tilde Corsi
Fotografía: Mario Amura
Intérpretes: Vincenzo Pacilli, Vincenza Modica, Giovanna Ribera, Francesco Giuffrida, Eduardo Melone, Francesco Di Leva.
Distribución: Embajada de Italia
Guion: Vincenzo Marra
Producción: Gianni Romoli, Tilde Corsi
Fotografía: Mario Amura
Intérpretes: Vincenzo Pacilli, Vincenza Modica, Giovanna Ribera, Francesco Giuffrida, Eduardo Melone, Francesco Di Leva.
Distribución: Embajada de Italia