SINOPSIS
Claudio es un joven de 18 años que quiere ser mecánico. Comienza a trabajar con Stefano, de 35, apasionado de los autos de carrera, quien luego, del recelo inicial, pasa a considerarlo un genio de la mecánica y lo introduce en el mundo de las carreras clandestinas romanas. Stefano reta a Fischio, su rival en estas carreras, y allí Claudio conoce a Giovanna, la chica de Fischio. Entre ellos nacerá un romance que a juicio de Stefano es inaceptable, por distraer al chico del trabajo y por ser ella mayor que él.
REFERENCIA
Nacido en Castel di Tora, en 1967, Daniele Vicari se gradúa en Historia del Cine en la Universidad "La Sapienza" de Roma en 1993. Sus primeros trabajos han sido como redactor del periódico Cinema Nuovo y como organizador de festivales cinematográficos. Luego se ha dedicado a la realización filmando varios cortometrajes y documentales, ganando diversos premios. En su filmografía se destacan títulos como Uomini e lupi (1998), ganador del premio Sacher y presentado en diversos festivales tales como el de Locarno, Bajram (1998), codirigido con Luca Gasperini y el documental Non mi basta mai (1999) codirigido con Guido Chiesa que recibió una "mención especial" del premio Cipputi en el Festival de Cine de Torino de 1999.

Velocità massima, presentado en la 59ma. Mostra del Cinema di Venezia (2002), es su primer largometraje y ha sido ganador del premio David di Donatello 2003 como Mejor Realizador Debutante.

La trama de la primera obra de ficción de Vicari pivota en la pasión de jóvenes romanos en torno a las máquinas preparadas especialmente para competiciones automovilísticas, pero en improvisadas lides urbanas, que hacen de la zona de Pirámide un circuito de carreras. En este asunto subyacen mitos de triunfalismo con antecedentes históricos cuyas marcas se remontan a Il sorpasso y a aquella sociedad del boom de los sesenta, la fiebre de los motorizzati, sólo que aquí no hay trazos de comedia: la disputa automovilística es una metáfora del prestigio del "ganador" en una juventud sin horizontes y donde el triángulo amoroso se instalará dramáticamente como una ramificación del espíritu competitivo.