SINOPSIS
1960, Buenos Aires. Valentín es un niño de nueve años que vive con su abuela. Su madre desapareció cuando él tenía tres años y su padre es un bala perdida incapaz de tomar responsabilidades. La vida de Valentín transcurre modesta y con dos obsesiones: convertirse en un astronauta y que su padre le lleve junto a su madre. Pero su padre no quiere remover el pasado y, además, no deja de decepcionarle presentándole novias horribles, hasta que llega Leticia.
REFERENCIA
El director, guionista, productor y escritor Alejandro Agresti (Buenos Aires, 1961), cursó estudios de cine en la Escuela Panamericana de Arte; también estudió fotografía, montaje y sonido. Trabajó como asistente de dirección en diversos programas de TV. Su primer largometraje fue El hombre que ganó la razón (1984). Se instaló en La Haya, Holanda, durante algunos años y allí realizó parte de su producción. En 1996 y 1997 participa en Cannes, con sus filmes Buenos Aires viceversa y La cruz, respectivamente; recibe la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián por El viento se llevó lo que (1998), un premio que levantó toda una polvareda de comentarios y críticas en su contra. En el 2002, participa en el 25º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana con su largometraje de ficción Valentín (2002), cuyo argumento sucede en los años 60: "Por distintas circunstancias creo que ahí y en esa época (fines de los 60) está tanto lo que somos como lo que dejamos pendiente; sin dudas en esos barrios de Buenos Aires radica parte de lo que es ser porteño y argentino", definió el realizador. El director de Buenos Aires viceversa remarcó que "uno siempre pone el corazón en las películas que hace y a veces pone demasiado la cabeza, pero en este caso se trata efectivamente de una cinta donde está muy presente la emoción".

Agresti ha dicho que la historia de su película contiene muchos elementos autobiográficos y que "surge a partir de una vivencia que tuve a los nueve años y que siempre quise filmar. Si hoy analizo el cine que se está haciendo -planteó- es como que hay cierta moda donde el cinismo posa de inteligente y en mi caso quise ir un poco a contramarcha de esto".

El director, uno de los más talentosos que ha dado el cine argentino en las últimas décadas, señaló que, "además, lo que le pasa a un niño es como un conflicto puro. Los niños no buscan los conflictos, sino que los heredan de los mayores y esas cuestiones de la niñez son las que nos marcan luego toda la vida. Por eso creí que la visión de un niño era una buena plataforma para investigar una serie de cosas. Creo también -agregó- que los adultos podemos vernos mucho mejor desde la mirada de los niños, que tienen la capacidad de superar obstáculos y no renunciar nunca a construir su propia vida".

El autor, que tambien es guionista, decidió "ajustar cuentas" con su pasado, ya que interpreta al padre ausente de Valentín. "Imito bien a mi padre. Le conozco y, además, me parezco... En muchas cosas yo soy Valentín, está mi imaginación, mi deseo de comprender y conocer la realidad y mi deseo de crear. Valentín acaba siendo un narrador de historias, como yo".

El filme más reciente de Agresti, Un mundo menos peor (2004), obtuvo en el festival de Venecia de este año el lauro Ciudad de Roma-Arco Iris Latino, que se atribuyó por sexto año consecutivo a la mejor película de un cineasta latino de la Mostra.