SINOPSIS
Después de más de treinta años de matrimonio, una pareja se somete a una intensa sesión de asesoramiento durante un fin de semana. En apenas unos días tendrán que decidir si continúan adelante con su matrimonio o si se divorcian.
REFERENCIA

Luego de alcanzar el éxito con su segundo largometraje, El diablo viste a la moda (The Devil Wears Prada, 2006) (*), una comedia con la que Meryl Streep alcanzaba una más de sus numerosas postulaciones al Oscar, David Frankel (Nueva York, 1959) dirigió dos cintas que parecen no situarse a la altura de aquélla, aun contando ambas con actores populares: Marley y yo (Marley & Me, 2008), con Owen Wilson y Jennifer Aniston, y The Big Year (2011), de nuevo con Owen Wilson acompañado de Jack Black y Steve Martin, esta última resultó un total fracaso en taquilla.

Frankel dirigie ahora ¿Qué voy a hacer con mi marido? (Hope Springs, 2012) con la cual vuelve a colaborar con Streep, quien fuera nominada al Globo de Oro. Vanessa Taylor, autora del guión, recuerda que sacó su inspiración sobre el argumento centrado en lo que le ha ocurrido una pareja que ha estado unida por más de 30 años: "Había estado pensando en el matrimonio y cómo la gente mantiene viva la pasión y la sexualidad en un matrimonio de larga duración", aduce. "Había estado leyendo sobre el asunto y sobre la terapia matrimonial. Y empecé a pensar cómo sería intentar recuperar la chispa cuando realmente nunca la tuviste en primer lugar. Sobre todo desde el punto de vista de una mujer; si no te sintieras cómoda contigo misma y con tu sexualidad, de cuánto valor tendrías que hacer acopio para dar un paso al frente y decir: 'Nuestro matrimonio está bien, pero no es suficiente. Quiero más. Me merezco algo mejor'".

"No me he casado nunca, pero desde luego he tenido relaciones en las que se ha ido produciendo un distanciamiento", prosigue Taylor. "Me sorprendió lo mucho que cuesta recuperarse de eso. Parece como si, de algún modo, deberías poder salvar ese abismo que te separa. Eso fue en parte lo que me motivó para escribir esta historia, quería saber si estas personas podían recuperarse de esto".

Fue el productor Guymon Casady, socio fundador de Management 360, quien dio los primeros pasos para conseguir que ¿Qué voy a hacer con mi marido? llegara a ver la luz del día. Casady recuerda sobre cómo llegó inicialmente a sus manos el guión: "Mi mujer, Robyn, que también es guionista, conoció a Vanessa Taylor en una barbacoa y, a raíz de ello, Vanessa le pasó a Robyn el guión de Qué voy a hacer…? Una semana después, Robyn y yo estábamos en la cama leyendo y ella estaba absorta en el guión. Cuando lo terminó, se volvió a mí y me dijo: 'Sé que es tarde, pero tienes que leer este guión. Es fenomenal'. Lo leí esa misma noche y me encantó, así que decidí que quería sacarlo adelante como productor para Film 360, nuestra rama de producción cinematográfica”. Casady se puso en contacto con Taylor y le comentó lo mucho que le había encantado el guión y que quería producirlo. Casady habló después con el productor Todd Black para que se incorporara al proyecto, y Black se encargó de ponerlo en marcha con el productor ejecutivo Nathan Kahane, de Mandate Pictures. Black, Casady y Kahane se ocuparían después de buscar al director David Frankel y al reparto.

"David comprendió que se trataba de una historia íntima y al mismo tiempo universal", comenta Black. "No es nada fácil, conseguir un equilibrio entre esos momentos, es fácil hacerlo demasiado grande o demasiado personal. Pero David entendía cómo hacer que esos momentos funcionaran en ambos aspectos".

"Como ¿Qué voy a hacer…? es un material tan íntimo y personal, Meryl y yo sabíamos que necesitaba un director con quien se sintiera completamente cómoda", sostiene Black,"me parecía que David Frankel encajaba perfectamente. Por suerte, reaccionó de manera muy positiva al material desde el primer momento y, a partir de ahí, todo cuajó muy rápido".

Frankel afirma que contar con Meryl Streep, Tommy Lee Jones y Steve Carell para dar vida a los personajes resultó clave para contar la historia. "Se trata de actores extraordinarios, que hablan el mismo idioma, por decirlo así", explica. "Se sintieron todos muy cómodos unos con otros desde el primer momento, y entendieron perfectamente a los personajes. Me gustaría decir que fue fácil. Sé que ellos trabajaron muy duro. Pero a mí me facilitaron mucho el trabajo".

(*) Película con información en la sección Archivo.