La actriz encarna a Daniela en "Extra Terrestres", la ópera prima de la puertorriqueña Carla Cavina. La cinta se exhibe como parte del 11º Ciclo de Cine de la Diversidad y se estrena el 7 de julio distribuida por Gran Cine.
Prakriti Maduro experimenta en carne propía, en Extra terrestres, algunas de las vicisitudes de ser homosexual. Es su más reciente película, dirigida por la puertorriqueña Carla Cavina.
No fueron, sin embargo, sus primeros pasos en el cine sexodiverso. Anteriormente le dio vida a Ana en Tamara, de la directora Elia Schneider, cuyo protagonista es transexual.
-¿Fue complicado para usted interpretar a alguien con una orientación sexual diferente a la suya?
-Como actriz, trabajo con mi cuerpo emocional, y la verdad es que me sorprendió la naturalidad con la que pude interpretar a una chica que se enamora de otra. Y es que para mí es exactamente como si me gustara un hombre. Es querer a una persona por su espíritu, por lo que es y por lo que transmite.
-¿Cómo desarrolló este personaje?
-Para encarnar a Daniela, lo primero que hice fue conversar con algunas amigas y conocidas lesbianas y conocer así sus historias. Me interesaba mucho saber sobre su autodescubrimiento, cuándo asumieron su homosexualidad. Pero cuando les pregunté sobre cómo hablaron con sus padres sobre sus gustos, el relato se tornó, en algunos casos, un tanto trágico. Creo que muchas veces las historias no son tan rosa como parecen.
-¿Qué fue lo más difícil de esta película para usted?
-Obtener la visa de trabajo a tiempo. El documento tardaría inicialmente dos semanas y en realidad fue en un mes cuando lo pude conseguir, y ya el rodaje había empezado. Por eso es que en algunas escenas mi personaje se comunica con su novia a través de Skype. En cierto modo fue gracioso, porque ayudó a desarrollar de alguna manera, virtualmente, un personaje.
-¿Esas escenas formaban parte de la historia o tuvieron que ser adaptadas por el problema de la visa?
-Forman parte de la historia.
-¿Cuál considera que es el impacto de películas como esta en la sociedad venezolana?
-Ha pasado algo muy interesante últimamente con el cine venezolano, y es que hay una tendencia cada vez más presente del LGBTI. Hay muchísimos artistas que forman parte de esta comunidad, y en la mayoría de las ocasiones son sus propias historias las que se están contando. Hablo de Pelo malo, Liz en septiembre, Azul y no tan rosa, por ejemplo. Es la misma comunidad la que está tratando de ser escuchada.
-¿Cree que cintas así son necesarias, en un contexto mundial en el que hay países donde la discriminación por orientación sexual es mucho más pronunciada?
-La evolución de la humanidad es misteriosa. Muchas veces vamos para atrás y para adelante como sociedad. De repente tienes un país muy desarrollado y tolerante, y a pocas horas en avión hay otros lugares donde pasan cosas como la discriminación. Entonces, cintas así son realmente fundamentales, pues pienso que una de las formas de hacer entender al otro es a través de las historias. Ellas permiten que uno se ponga en los zapatos de la lucha y del sufrimiento del otro.
-En el aspecto profesional, ¿qué otros proyectos tiene?
-Hablando de cine, ya está en la fase final de posproducción La noche de las dos lunas, una película que filmé el año pasado y que está dirigida por Miguel Ferrari. Ya vi una copia del primer corte, y me parece que está hermosa. También viene una de Marcel Rasquin, en la que tendré una participación. La intención es que la rodemos el año que viene. En cuanto a mi faceta sobre las tablas, estoy ensayando una obra de teatro que se estrenará en La Caja de Fósforos, en el marco del Festival de Teatro Europeo.
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