Venezuela es un país donde una gran parte de la población es víctima de la desinformación electoral, no solo al momento de ejercer su derecho al sufragio, sino también al momento de inscribirse en el registro electoral (re) del Consejo Nacional Electoral (CNE), siendo este un paso indispensable para poder votar. En este contexto, la apatía de los jóvenes al voto debido a la falta de “conexión” con la política, asociando esta misma a “bajas expectativas políticas”, hacen que esta población perciba que las elecciones no resolverán los problemas fundamentales que enfrenta el país, pues el desencanto político los lleva a pensar de forma involuntaria que deben evitar la culpa de apoyar a quienes lo harán mal. 

A partir de la afirmación de una jueza acerca de que la Democracia no es un Derecho, un joven emprende una investigación sobre la opinión y la formación en cuanto a este término. En este sentido, convoca a una compañera para recoger opiniones acerca de la necesidad de la Democracia y conocer dónde y cómo se aprende sobre Valores Democráticos. 

En este cortometraje documental se busca promover las nuevas formas de entender la masculinidad, visibilizando un rol igualitario en la sociedad, partiendo desde el desconocimiento o lo que se entiende hoy en día en la sociedad acerca de lo que significa ser hombre, continuando con lo que se está haciendo en Venezuela por parte de organizaciones especializadas en el tema, para trabajar en este nuevo concepto, y finalizando con intervenciones de hombres que brindan testimonios de lo que para ellos hoy en día, luego de pasar por este proceso de aprender, desaprender y deconstruir la masculinidad, significa ser hombre.

Historia de resistencia, resiliencia y perseverancia, que explora el poder de la disciplina y la música clásica como herramientas de sobrevivencia. El film sigue a tres niños venezolanos del empobrecido barrio Las Brisas de Valencia, quienes luchan por convertirse en músicos profesionales dentro de las filas del Sistema Nacional de Orquestas.