Narra, a través de innovadoras animaciones, conmovedores testimonios e impactantes imágenes, una época polémica y dramática de la historia de Venezuela. Una época, los años 50, en que el país se asomaba a la modernidad pagando un alto costo en abusos y violaciones a los derechos humanos. Década en que la bonanza petrolera impulsó las obras públicas, la Semana de la Patria y los fastuosos carnavales, mientras que la Seguridad Nacional -la policía política del régimen- se encargaba de amordazar a los partidos, a los medios, a los venezolanos. 

Aunque ha dirigido tres largometrajes de ficción, Carlos Oteyza (Caracas, 1951) ha venido realizando documentales desde finales de los años 70, destacándose trabajos como Cúa (1978), Chuao (1979), Santa Helena de Uairén (1980) y Mayami nuestro (1981). Recientemente, y desde el frente de la compañía CINESA, Oteyza ha dirigido varios mediometrajes en los que ha utilizado materiales de archivo, buscando recrear la semblanza de personajes históricos nacionales como Isaías Medina Angarita, Soldado de la Libertad (1992), El General López Contreras, La transición (1997), Rómulo Gallegos, horizonte y caminos (2000); u ofreciendo el testimonio de temas o épocas específicas del país, como Caracas, crónica del siglo XX (1999), Venezuela al bate, orígenes de nuestro béisbol (1895-1945) (2002), El Reventón I (2007) y Reventón II (2010), ambos sobre la historia y el impacto del petróleo en la realidad nacional, y ahora esta nueva entrega de reflexión de los años 50 venezolanos que se expresa en Tiempos de dictadura, tiempos de Marcos Pérez Jiménez (2012).

Oteyza estudió en la Universidad de París, Francia, cinematografía y un Magister en Historia. Luego de ser aclamado por sus anteriormente señalados cortos documentales realiza el salto al largometraje de ficción con El escándalo (1987) sobre el tema de los petroespías en la industria petrolera venezolana. A este film le siguió un par de cintas enfocadas en la exuberante selva guayanesa, en las que se percibía cierta preocupación ecológista: Roraima (1993) era la historia de una mujer que busca a su hermano perdido en la selva, mientras que La voz del corazón (1997), planteaba un romance en medio del desenmascaramiento de un ecocidio perpetrado por una maderera en el Amazonas.

Para Oteyza, este nuevo largometraje, Tiempos de dictadura, Tiempos de Marcos Pérez Jiménez, era una tarea pendiente desde hacía 10 años, en los que estuvo aprendiendo del personaje y su contexto en el período comprendido desde 1948 hasta 1958. La necesidad de contar los hechos se fue haciendo cada vez más intensa, por lo que la dedicación al proyecto exigió 3 años de investigación diaria en los que fueron aflorando episodios fascinantes de la historia de Venezuela.

A pesar de una época tan tenebrosa, el cine venezolano no la había tocado en su más amplia apreciación, siendo Se llamaba S.N., la cinta de Luis Correa, de 1977, la única que la ha tratado, centrando su atención en los procedimientos de la temible Seguridad Nacional, la policía oficial del régimen perezjimenista.

El por qué de una película sobre la época de Perez Jimenez
“Me parece necesario. Fueron años controversiales y la polarización sobre el perezjimenismo se ha mantenido por décadas. La consecuencia directa es que esta época se aborda con mucha pasión y limitada reflexión, se alaba o se denigra, pero se discute poco. Generalmente al poder le interesa simplificar la historia para manipularla, a nosotros como cineastas e historiadores, nos toca complejizarla para hacerla más real, menos manipulable, más cercana a lo sucedido”.

Tiempos de dictadura..., no sólo es una película, es una manera de conocernos como país: “Es devolverle una mirada un poco más pausada sobre un período muy importante para el país sin que las leyendas negra y dorada monopolicen el imaginario y así permitirle a los venezolanos conocer este período que definitivamente fue de gran avance económico y de gran exclusión también, con mucha persecución…” ha declarado el director.

Los entrevistados, la seleccion
Américo Martín (Militante de Acción Democrática en la década de los 50), Teodoro Petkoff (Militante del Partido Comunista de Venezuela en los años 50), Pompeyo Márquez (Secretario general del Partido Comunista de Venezuela también en los años 50), Yolanda Moreno (bailarina) y Oscar Yanes (periodista) son algunos de los personajes elegidos para pintar el mapa político-social de la época.

“Fue una elección razonada, decidimos no entrevistar a los especialistas sino a mujeres y hombres que vivieron la década, y que si bien nos dan testimonio desde su perspectiva particular, de algún modo representan a sectores de la sociedad: políticos, inmigrantes, periodistas, artistas… Por supuesto no fue fácil la selección y siempre queda la insatisfacción de no haber abarcado a otros grupos, como empresarios, sindicalistas, etc, pero la película tiene sólo hora y media de duración y tuvimos que ajustarnos”.

Las animaciones
Para recrear e ilustrar los tiempos de Marcos Pérez Jiménez, en donde no todo se documentaba audiovisualmente, Carlos Oteyza y su equipo de producción debieron acudir a innovadores recursos de animación para completar los relatos y hacer que el espectador tenga una idea mucho más clara de lo narrado.

“Durante los años ́50 sólo se podía filmar y mostrar lo que el gobierno permitiese, el sistema de censura, bajo la dictadura, era estricto. Entonces casi no existen imágenes que no tuviesen un origen oficial o semi oficial, por lo tanto, todo lo que fuese oposición o problemático para la imagen del gobierno ni se retrataba, ni podía mostrarse. La animación como recurso calza perfectamente en la película para suplir de manera creativa esta carencia. Nos ayuda a visualizar como fueron algunos de los hechos trascendentales de la década que quisimos narrar, y también parte del ambiente de persecución y violencia política que se vivió y no está documentado”.

(Fuente: http://cinemathon.wordpres.com)