DIRECTOR
SINOPSISKenneth Branagh
Adaptación de la ópera clásica de Mozart. En vísperas de la I Guerra Mundial, se desarrolla un drama mágico cuando Tamino comienza un arriesgado viaje en busca del amor, la luz y la paz. En un mundo aquejado por la oscuridad, la muerte y la destrucción, el fin será liberar a Pamina, la adorable hija de la Reina de la Noche, secuestrada por el malvado Sarastro. Una espectacular aventura musical en la que el destino de una pareja de jóvenes amantes puede ayudar a determinar la suerte de las naciones y la vida de millones de personas.
REFERENCIA
La obra maestra de Mozart, “La flauta mágica”, ha disfrutado de una enorme celebridad popular y ha cautivado a públicos de todos los niveles, jóvenes y adultos, desde que se representó por primera vez en 1791. Mozart tiene un poder de atracción muy generalizado y es esta aventura romántica y operística llena de humanidad y amistad la que ha devenido perennemente favorita para todas las generaciones de aficionados a la ópera. Aunque los financieros del film, la Peter Moores Foundation, sopesaron cierta cantidad de directores cinematográficos, lo que acabó convenciéndoles de que Kenneth Branagh era el director que tendría la capacidad para sobrellevar el considerable reto de insuflar vida cinematográfica a “La flauta mágica” fue el éxito tanto artístico como comercial que el actor y realizador consiguió con sus adaptaciones cinematográficas de Enrique V (Henry V, 1989); Mucho ruido y pocas nueces (Much Ado About Nothing, 1993); y Hamlet (1996).
Una vez en la nave, Branagh comenzó a escribir el guión para La flauta mágica (The Magic Flute, 2006), y recurrió a su viejo amigo y colaborador Stephen Fry —cuyos varios talentos incluyen su labor como actor, autor, y director—, para adaptar y crear un nuevo libreto en inglés para la producción.
Al describir cómo funcionó la colaboración entre ellos, Branagh añade: “Ofrecí las 120 páginas del guión a Stephen, con tantos detalles como pude acerca de los escenarios para cada escena, descripción de los personajes —adaptados a esta versión—, y las distintas maneras en las que intenté responder a algunas de las cuestiones que Mozart y Schikaneder plantearon en el argumento. Entonces él cogió una traducción literal del libreto y nos pusimos a discutir cómo reflejar el lenguaje apropiado de la época que habíamos elegido: 1916. Queríamos agudeza y emoción, y a Stephen no le asusta ninguna de ellas”.
El desafío que Fry tenía ante sí en lo referente a actualizar el libreto, teniendo que evidenciar al mismo tiempo el humor y la comedia innatas de la pieza operística, consistía en hallar el lenguaje con la métrica y el ritmo más adecuados para un texto originalmente escrito en alemán.
Branagh aportó al proyecto su considerable experiencia en el campo cinematográfico, del teatro y la televisión, un paquete de conocimientos verdaderamente inusual que le capacita para trabajar desahogadamente con actores más acostumbrados a las exigencias del mundo de la ópera.
Tradicionalmente, “La flauta mágica” se ha representado dentro de los confines del teatro, haciendo uso de un amplio abanico de escenotecnia mágica y surrealista. Uno de los retos fundamentales para Branagh estribaba en hallar un contexto en el que emplazar su adaptación a la pantalla con miras a obtener resonancia, relevancia, y consonancia con los públicos actuales.
Desde el punto de vista de Branagh, “Los desafíos tenían mucho en común con las películas de Shakespeare: Trasladar a otro medio un arte grande sin perder la brillantez que quieres celebrar. Pero como Shakespeare, Mozart es muy sólido. Se ha escenificado ‘La flauta mágica’ con tan variados escenarios como los que se han visitado con ‘Hamlet’. Se ha enmarcado en la Luna, el circo, Stonehenge, la playa… y Mozart puede vivir en todos ellos. Para mí, algo fundamental, sea cual sea la composición o el enfoque, es la total veracidad de la interpretación, no importa que las exigencias técnicas que demanda el argumento sean extremas, o si se trata de Shakespeare o Mozart”.
Optando por confundir a los tradicionalistas, Branagh ha enmarcado su versión de esta ópera a principios del siglo XX, en una época en la que el primer conflicto global de la era industrializada dominaba el mundo y demostraba la increíble fuerza, resistencia, y capacidad de destrucción de los estados modernos.
Al clarificar esta decisión, Branagh comenta que “En lo profundo de ‘La flauta mágica’, existe una exploración del conflicto. Esto queda corporizado musicalmente, y el desarrollo de la ópera tiene que ver con la resolución de opuestos que se enfrentan: La oscuridad contra la luz; el amor contra el odio; y, en nuestro caso, y más directamente, la paz contra la guerra. El conflicto evidente está entre Sarastro y la Reina de la Noche. Al darles a cada uno un ejército y visualmente mostrar el escenario de la Primera Guerra Mundial, aparece un sentido de la importancia y dimensión de los actos de estos personajes. La Gran Guerra suministra un territorio a un tiempo literal y metafórico que resulta tan emotivo y complejo como la misma ópera. También es cierto que en ese momento tan terrible de la historia, la música, la canción popular, la poesía, y la risa eran parte del mecanismo de supervivencia. El escenario, pues, permite que amoríos, humor, y ‘ópera bufa’ emerjan vigorosamente. Finalmente, por lo que respecta al esquivo argumento, éste posibilita un marco para una aventura épica que puede ofrecer una narración cinematográfica llena de suspense y que con todo permanece coherente”.
FUNCIONES:
GALERíA DE FOTOS:
FICHA TÉCNICA:
Guion: K. Branagh y Stephen Fry; basado en la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart (música) y Emanuel Schikaneder (libreto); con libreto y diálogos en inglés de S. Fry
Producción: Pierre-Olivier Bardet y Simon Moseley
Fotografía: Roger Lanser
Montaje: Michael Parker
Director de Arte: Tim Harvey
Intérpretes: Joseph Kaiser (Tamino), Amy Carson (Pamina), Benjamin Jay Davis (Papageno), Silvia Moi (Papagena), René Pape (Sarastro), Lyubov Petrova (Reina de la Noche), Tom Randle (Monostatos), Ben Uttley (sacerdote), Liz Smith (vieja Papagena),
Distribución: Amazonia Films
Guion: K. Branagh y Stephen Fry; basado en la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart (música) y Emanuel Schikaneder (libreto); con libreto y diálogos en inglés de S. Fry
Producción: Pierre-Olivier Bardet y Simon Moseley
Fotografía: Roger Lanser
Montaje: Michael Parker
Director de Arte: Tim Harvey
Intérpretes: Joseph Kaiser (Tamino), Amy Carson (Pamina), Benjamin Jay Davis (Papageno), Silvia Moi (Papagena), René Pape (Sarastro), Lyubov Petrova (Reina de la Noche), Tom Randle (Monostatos), Ben Uttley (sacerdote), Liz Smith (vieja Papagena),
Distribución: Amazonia Films