El Congreso de los Diputados tras postergaciones y diversas oposiciones y adhesiones aprobó el Proyecto de Ley de Cine, rechazando sólo una de las seis enmiendas presentadas en el Senado. La misma es la que hacía referencia a la nacionalidad de las películas, lo cual había despertado el malestar de los directores locales, quienes sostenían que una cinta debía ser considerada española si su director es de esa nacionalidad o europeo. Tras un debate, el Pleno del Congreso aprobó la Ley de Cine, ante la mirada de un destacado grupo de figuras del quehacer cinematográfico, entre los que sobresalían Alejandro Amenábar (en la foto), Álex de la Iglesia y José Coronado. Lanzado por la ex Ministra de Cultura Carmen Calvo y apuntalado por César Antonio Molina, el Proyecto de Ley de Cine se aprobó tras un año de negociaciones con los diferentes sectores del audiovisual y un mes de debate de los congresistas. Esta nueva Ley contempla, entre otras cosas, un mayor apoyo al cine documental, los cortometrajes, los telefilms y las películas animadas, la creación de un fondo de ayuda para producir películas en lenguas cooficiales, las desgravaciones fiscales para atraer capitales externos al mundo audiovisual, mayor respaldo al productor independiente y un programa de ayuda para que los exhibidores puedan solventar la reforma tecnológica de las salas. Los exhibidores, sin embargo, se pueden considerar los perdedores, ya que no se ha escuchado su pedido de mantener una cuota de pantalla que se contabilice por días y no por sesiones como será a partir de ahora. Las televisiones, por su parte, que en su momento se enfrentaron por la propuesta de aumentar al 6% el porcentaje que debían destinar a producir cine español o europeo, finalmente consiguieron mantenerlo en el 5% previamente impuesto.