SINOPSIS
Había una vez dos niños que fueron criados por la misma mujer: Azur, de rubios cabellos y azulados ojos, era el hijo de un noble; mientras que Asmar, moreno y de ojos negros, era el propio hijo de la nodriza. Los dos crecieron juntos como si fueran hermanos hasta que el destino los separó de un modo brutal. Azur, espoleado por los cuentos que la nodriza le contaba sobre la legendaria Hada de los Djins, no descansará hasta encontrarla. Adultos ambos y ahora convertidos en rivales, aquellos que fueran como hermanos de sangre se embarcarán en pos del Hada y a la búsqueda de mágicas tierras, llenas de riesgos y prodigios.
REFERENCIA

Nacido en la Côte d'Azur, Michel Ocelot, hijo de maestros, pasa su infancia en Conakry, Guinea, y su adolescencia en Anjou. Estudiante de Bellas Artes de Rouen, comienza trabajar en París, antes de viajar al California Institute of the Arts. Decide entonces centrarse en el cine de animación, realizando para la pequeña y gran pantalla más de treinta cortometrajes y series, de los cuales Les aventures de Gédéon según Benjamin Rabier. Sus films obtienen numerosas recompensas (un BAFTA en 1979 para Les Trois Inventeurs, su primer cortometraje profesional, un Premio Especial en Albi en 1981 para Les Filles de l'égalité, un César al film de animación para La Légende du pauvre bossu en 1982).

En 1998, Michel Ocelot realiza su primer largometraje, Kirikou y la hechicera (Kirikou et la sorcière), inspirado en un cuento africano. Millón y medio de espectadores, niños y adultos, son seducidos por la riqueza pictórica, la amable propuesta, los personajes atractivos y una magnífica música cantada por Youssou N'Dour. Este éxito hace que sea posible el estreno en salas de Princes et princesses (2000), un montaje de anteriores trabajos del cineasta concebidos bajo la técnica de sombras chinescas.

Ante las demandas del público, Michel Ocelot acepta crearle a su héroe africano –que no por ser pequeño no es menos valiente- nuevas aventuras en Kirikou y las bestias salvajes (Kirikou et les bêtes sauvages, 2005), que fue vista por más de 2 millones de espectadores.

Después de su celebrada presentación en la Quincena de Realizadores en Cannes, Azur y Asmar (Azur et Asmar) llega a las salas en 2006. Esta especie de fábula sobre la tolerancia, en el que se reconoce el universo poético y “naif” del cineasta, es su primer ensayo con la técnica de la animación 3D. Se trata de una producción que le llevó más de 6 años de trabajo, llegando a ser apreciada por 1.800.000 espectadores, destronando en su semana de estreno al mismísimo Clint Eastwood con La conquista del honor (Flags of Our Fathers).

Ocelot narra cómo surgió la idea del film: “Hacer una película de animación supone dedicar seis años de tu vida. El tema era algo que me era cercano. Por un lado esa gente que odia al otro aunque haya crecido con él y por otro lado el que ama y crece en el respeto de los dos. Inicialmente pensé en que la temática se desarrollase entre Francia y Alemania, pero ya se había hecho muchas veces, ahora estamos en paz así que no quería revisar un periodo que nos es aún tan próximo. Entonces pensé en inventar un país, ¡qué mala idea!... ¡qué mala idea inventar un idioma cuando el lenguaje real es más interesante! Empecé a pensar en la vida en Francia y en el mundo y me di cuenta que había una guerra o animosidad declarada entre los indígenas y los inmigrantes o para ir más allá entre el Oeste y el Medio Este. ¡Había encontrado mi tema! Un tópico que podría ser tratado como un maravilloso cuento de hadas. Conozco muy bien el tema, después de pasar mi infancia en una pequeña escuela de un pequeño pueblo africano me encontré en una gran ciudad, en una gran escuela. Yo no estaba familiarizado con las reglas, así que fui frecuentemente castigado, yo era muy inocente.”