SINOPSIS
Ambientada en el Norte de Australia durante la Segunda Guerra Mundial, se centra en una aristócrata inglesa que hereda un rancho del tamaño de Meryland, propiedad de su marido fallecido. Cuando los grandes ganaderos ingleses trazan un plan para hacerse con sus tierras, ella se alía de mala gana con un tosco conductor de ganado para conducir 2.000 cabezas a través de centenares de millas de la tierra más implacable del país, sólo para encontrarse con el bombardeo por parte de los japoneses a Darwin, Australia.
REFERENCIA

Tras una discreta carrera como actor comenzada en la década de 1970, Baz Luhrmann (Nueva Gales del Sur, Australia, 1962) alcanzó fama internacional con producciones musicales estilo Hollywood. Su primer éxito de taquilla fue Baile prohibido (Strictly Ballroom, 1993), con Paul Mercurio, Tara Morice, Bill Hinter; tres años más tarde, ya en Estados Unidos, adaptó a William Shakespeare en Romeo y Julieta de William Shakespeare (Romeo + Julieta, 1996), con Leonardo DiCaprio, Pete Postlethwaite y Claire Danes. La denominada Trilogía Cortina Roja se completaría con Moulin Rouge (2001), su mayor éxito hasta el momento, con Nicole Kidman y Ewan McGregor, un original musical con canciones de los Beatles, Madonna, Elton John, Nirvana y Queen, entre otros.

Luhrmann también ha realizado montajes de ópera como "La Boheme" así como anuncios publicitarios, siendo el más conocido el realizado para el perfume "Chanel Nº5" de nuevo con Kidman y el brasileño Rodrigo Santoro.

Baz Luhrmann viaja a ‘Australia’
En 2004, el cineasta tenía previsto filmar "Alexander the Great", acerca de Alejandro Magno, con Leonardo DiCaprio (la estrella de su Romeo + Juliet) y, de nuevo, Nicole Kidman. Pero Oliver Stone se le adelantó con su propia versión, Alexander, que protagonizó Colin Farrell.

Deprimido, Luhrmann apostó por regresar a su país de origen y contar una historia propia: tras repasar diversos acontecimientos históricos del siglo XX, se decantó por el bombardeo de Darwin, un pequeño enclave al norte de Australia que fue bombardeado por la aviación japonesa poco después de Pearl Harbor.

Antes, la historia ha presentado a dos personajes opuestos —una aristócrata inglesa (Kidman) y un vaquero nativo (Hugh Jackman)— que unen esfuerzos para conducir el ganado de ella a través de un territorio inhóspito y lograr superar todo tipo de obstáculos físicos y emocionales.

Todo ello gira alrededor del drama de las Generaciones Perdidas: miles de niños aborígenes que fueron apartados de sus familias para ser "integrados" en la sociedad caucásica (el narrador de Australia es uno de ellos, Nullah, a quien da vida el debutante Brandon Walters). Son temas importantes, que acompañan el romance entre las dos estrellas principales y la relación maternal entre el de Kidman y el pequeño Walters.

Para Luhrmann, los acontecimientos verídicos van ligados a "una referencia histórica concreta", explica. "Pero tengo una regla: si [el filme] no altera la verdad, podemos jugar con ella. Y eso es lo que sucede con las Generaciones Perdidas o el ataque a Darwin… Es importante mantener la fidelidad histórica, pero también lo es entretener a lo grande. No sólo se trata de lanzar la verdad, hay que rodearla de épica".

Porque, al fin y al cabo, el objetivo es atraer a cuanto más público mejor. Y eso no es fácil. De ahí que se muestre dudoso ante la campaña de promoción que la distribuidora, 20th Century Fox, está llevando a cabo para vender Australia. "No hay un precedente para esta película. La única forma de que funcione en los cines es que aquellos a los que les guste animen a sus amigos y familiares a verla", asegura.

"No hay modo de venderla. Actualmente, la promoción está prefabricada, va por demográficos específicos. Y esta película no es para un mercado concreto, es para todo el mundo. No hay una solución fácil. Debemos encontrar una forma de que conecte con el público. Es un desafío".

Baz Luhrmann está "muy preocupado", y no sólo por la dificultad de recuperar una inversión de más de 130 millones de dólares. Porque la promoción, según él "aún no ha sido capaz de dar a entender que se trata de un filme divertido, entretenido. Y que también es emotivo. Y habla de algo importante".

Son elementos que también funcionaron en producciones que sirven de referencia a Australia, y que él mismo ha confirmado, como las dirigidas por David Lean (Lawrence of Arabia) o George Lucas (Star Wars) —con toques de Out of Africa y Giant—, en esa combinación de cine épico de gran estudio rodado en localizaciones reales y largometrajes filmados empleando sofisticados efectos visuales que el cineasta define, en su caso, como "pictóricos", con un aire de irrealidad y fantasía, acorde con un homenaje recurrente a lo largo del metraje a El mago de Oz (The Wizard of Oz).

"Todas las culturas roban. Todo es resultado de las sumas de numerosas referencias", detalla Luhrmann con respecto a tomar prestadas tantas referencias. "La música de The Beatles es una combinación de pop inglés y blues. El rock’n’roll es ritmo africano con estilo irlandés y jazz. Gone with the Wind (Lo que el viento se llevó)es "Guerra y paz". Y Shakespeare constantemente se inspiraba en obras preexistentes. "Romeo y Julieta" surgió de otra de sus obras. Nadie empieza desde cero".

No obstante, apunta que su secreto es "lograr que esas referencias sean capaces de crear una nueva historia y la sirvan. Por ejemplo, la escena de la subasta en la que Bryan Brown paga para bailar con Nicole Kidman es muy similar a una de Gone With the Wind. La diferencia está en que en ésta, Rhett Butler quiere bailar con Scarlett O’Hara; es amor. En Australia se trata simplemente de un mafioso tratando de acercarse a la protagonista".

A pesar de dichos homenajes, Australia podría definirse como un filme cien por cien Baz Luhrmann. Su estilo visual está por todas partes, como antes sucedió con Strictly Ballroom, Romeo + Juliet y Moulin Rouge.

"Mi estilo viene de una formación clásica", explica el realizador, casado con Catherine Martin, la que ha sido la diseñadora de producción y vestuario de la mayoría de sus largometrajes. "Y está al servicio de muchos elementos: quiero ser inclusivo, me gusta atraer a cuanta más audiencia mejor. Pero también pretendo dar una opinión personal. Es una paradoja. Y eso a veces es problemático. Porque nada es fácil. Los hay que dicen que robo de todas partes. ¿Podría ser original cien por cien? Sin lugar a dudas. ¿Podría enterrar todas las referencias? Por supuesto. Pero al final, todo filme tiene un ADN concreto, que lo identifica, y que describe de dónde viene y su contexto histórico. No hago nada fácil. Lo trato, pero el resultado final nunca lo es".

Australia presenta a dos intérpretes australianos que se han convertido en estrellas del cine mundial. De Nicole Kidman reconoce que admira su capacidad para "ser realista pero aportando un toque de verdadero mito de cine"; mientras que de Hugh Jackman destaca que "es un actor increíble y tiene el mundo del entretenimiento en su sangre. Además, él es el personaje. Hay muchos actores que podrían falsear serlo; pero Hugh es él".

Pero del reparto del filme emerge un nombre concreto: el del niño Brandon Walters, elegido entre centenares de chicos de origen aborigen que sólo cuatro décadas atrás hubieran sido separados de sus familias por el simple hecho de ser "distinto". Brandon "es más que un niño normal y corriente", lo describe el director. "Antes de filmar, ni él ni su familia habían visitado una gran ciudad. Tuve que ir a cazar canguros con su padre, al estilo tradicional, para llegar a ellos. Acercarme y lograr que confiaran en mí". (Fuente: www.impre.com/laopinion/entretenimiento/cine/ Autor: Joseph Parera).

Luhrmann estrenó en Sydney su cuarto film sólo 48 horas después de seleccionar el final del guión de este drama entre las siete versiones distintas que había rodado.