SINOPSIS
François es un acaudalado marchante de arte a quien sólo le interesa su negocio. Bruno es un jovial taxista que es como una enciclopedia andante. El destino les unirá cuando François acepte una inusual apuesta: su socia, Catherine, le reta a que le presente a un amigo. Es en ese momento cuando François cae en la cuenta de que, en realidad, no hay nadie en el mundo a quien pueda llamar amigo. En plena y desesperada búsqueda de ese amigo salvador, la casualidad hace que François viaje varias veces en el taxi de Bruno y se dé cuenta de que el taxista tiene una habilidad innata para congeniar con todo el mundo.
REFERENCIA

Patrice Leconte (París, 1947) llegó a Cannes con Monsieur Hire (1989) y muy pocos sabían que era su noveno film, por lo cual, muchos lo vieron como una auténtica revelación. El film no sólo fue popular en el Festival sino en Francia y a nivel internacional.

A finales de los años 60, mientras estudiaba cine, Leconte trabajó en la revista Cahiers du Cinema. Dirigió su primer largometraje en 1976: Les vécés étaient termés de l’interieur. El grupo Splendid al que Lacote pertenecía, le propone adaptar su obra “Amour, coquillages et crustacés”, convirtiéndose en cine en Les Bronzés (1978), una exitosa comedia que tendrá su continuación con Les bronzés font du ski (1979). Prosigue con esta exitosa vena en tres comedias co-escritas con Michel Blanc: Viens chez moi, j’habite chez une copine (1980), Ma femme s’appelle reviens (1982) y Circulez y’a rien à voir (1983).

Luego en 1985, Laconte cambia radicalmente de registro y opta por el film policial con Les spécialistes con Gérard Lanvin y Bernard Giraudeau. Esta ruptura se convertirá en el sello de un cineasta polivalente, siempre presto a experimentar con géneros distintos. De esta forma realiza Tandem, un drama íntimo protagonizado por Gérard Jugnot y Jean Rocheford, al que siguen el inquietante Monsieur Hire, el drama romántico El marido de la peluquera (Le Mari de la coiffeuse, 1990), ganador del Premio Louis Delluc, y la refinada comedia histórica Ridículo (Ridicule,1996), que más allá de su éxito comercial recibe una nominación al Oscar como Mejor Película Extranjera.

A pesar de la unión de dos monstruos sagrados del cine francés, Alain Delon y Jean-Paul Belmondo, Une Chance sur deux (1998) no recibe la acogida que se esperaba. No obstante, Leconte luego dirige dos filmes realmente notables protagonizados por Daniel Auteuil: La chica del puente (La fille sur le pont, 1998) y La viuda de Saint-Pierre (La veuve de Saint-Pierre (1999).

Después de manifestar públicamente su descontento con cierta crítica, el realizador se concentra en un cine intimista poblado por almas solitarias encarnadas por Philippe Torreton en Félix et Lola (2001), Patrick Timsit en Rue des plaisirs (2002), Johnny Hallyday en L’Homme du train (2002) y Sandrine Bonnaire en Confidences trop intimes (2003).

Realiza un nuevo viraje con el documental Dogora ouvrons les yeux (2004) y rueda una tercera entrega de Les bronzés 3 amis pour la vie (2005). Continúa con la comedia en Mi mejor amigo (Mon meilleur ami, 2006), sobre un marchante de arte que debe aprender el sentido de la amistad a través de la figura de un taxista.

La idea surgió justo antes del rodaje de Les Bronzés 3…, cuando recibió la llamada de Jérôme Tonnerre diciéndole que tenía una sinopsis bastante desarrollada, escrita por Olivier Dazat y que necesitaban un director.

Leconte explica lo que le atrajo de la historia creada por Dazat: “La apuesta de su guión: la historia de un hombre del que se dice que no tiene amigos, que se exalta en exceso y que, para demostrar lo contrario, participa en una especie de apuesta absurda y abstracta: ¡mostrar a los demás el amigo que no tiene! Me pareció original el hecho de plantear una apuesta con relación a algo sobre lo que es tan inconcebible apostar. Además, este hecho me permitía hablar de la amistad y de su ausencia. Según yo lo veo, es como explicar una historia de amor. ¡Basta con cambiar los nombres! Pero si este proyecto enseguida me resultó atractivo fue porque también sentía que el tema que trata resonaba en mí de forma íntima. Desde luego no se trata de una película autobiográfica, pero si me preguntaran de sopetón quién es mi mejor amigo, no sabría qué responder. Salvo que, a diferencia de François, el personaje que interpreta Daniel, esto no me impide vivir".