DIRECTOR
SINOPSISGabriele Muccino
Los Ristuccia pertenecen a esa media burguesía que conoce muy bien el vértigo de la saciedad, hija del bienestar; viven en una especie de insatisfacción sin deseos, que les condena a una soledad aún más absoluta que aquella de la que intentan huir. El jefe de familia, Carlo, quería ser escritor, pero acaba trabajando en una empresa financiera; su mujer, Giulia, deseaba ser actriz y en cambio es profesora; su hijo mayor, Paolo, vive el final de su adolescencia confundido entre canutos y amores no correspondidos; su hija, Valentina, quiere ser azafata de televisión y para ello está dispuesta a todo.
REFERENCIA
En 2006, el italiano Gabriele Muccino (Roma, 1967) obtuvo su tercer éxito de público con el melodrama En busca de la felicidad (Pursuit to Happinesse), en donde Will Smith –nominado al Oscar por este papel- interpretaba a un americano medio que se enfrentaba a la difícil realidad de conseguir un empleo y luchar, al mismo tiempo, por la educación de su hijo.
El film era el resultado del llamado de Hollywood, después que –para ese entonces treinteañero cineasta- realizara consecutivamente dos grandes éxitos: El último beso (L’ultimo bacio, 2001), de indiscutible popularidad no sólo en Italia sino en todo el mundo; y de Acuérdate de mi (Ricordati di me, 2003).
Muccino se matriculó en la facultad de Letras de la Universidad La Sapienza, pero abandonó los estudios para acercarse al cine, en calidad de asistente voluntario de Pupi Avati y Marco Risi.
En 1991 asistió a los cursos para guionistas impartidos por Leo Benvenuti y a los del Centro Sperimentale di Cinematografia. Realizó tres cortometrajes para la RAI que se emitieron en el programa "Mixer", unos breves vídeos para "Ultimo minuto" y el cortometraje Io e Giulia, interpretado por Stefania Rocca.
Tras algunas experiencias como documentalista (siempre para la televisión; fue uno de los directores de la telenovela "Un posto al sole"), en 1996 dirigió "Max suona il piano", uno de los episodios de "Intolerance".
Su primer largometraje, Ecco fatto es de 1998 y se presentó a concurso en el Festival de Turín, recibiendo una calurosa acogida por parte de la crítica. Le fue aún mejor con Come te nessuno mai (1999), un retrato agradable y divertido de adolescentes que obtuvo un buen éxito en la Mostra del Cinema de Venecia.
Pero El último beso, una reflexión desilusionada acerca de las dificultades en la vida de pareja de su generación, convirtió al joven cineasta en uno de los protagonistas de la temporada cinematográfica: la película se colocó en segundo lugar en el ranking de los filmes italianos más taquilleros y ganó 5 premios David de Donatello (uno de los cuales a la dirección). Además, en enero de 2002, a la película se le otorgó el premio del público en el Sundance Film Festival; se distribuyó en Estados Unidos el verano de ese mismo año y el prestigioso Entertainment Weekly la señaló entre los diez mejores títulos del año.
En 2003 Muccino rodó Acuérdate de mi (Ricordati di me), que cosechó un amplio consenso de la crítica. Italia, la familia y la telebasura, son los temas del film. Tras las crisis de identidad de los treintañeros en El último beso, la cámara del director romano se traslada a una pareja de cuarentones desilusionados. Los nombre de los protagonistas del film anterior, regresan, señalando una línea de continuidad entre las dos películas y sus personajes. Fabrizio Bentivoglio reemplaza a Stefano Accorsi, Laura Morante a Giovanna Mezzogiorno y además hay una estrella conocida en el extranjero, Monica Bellucci, que hace el papel de incómoda rival. Participan también los dos hijos de la pareja, ambos preuniversitarios.
No está claro si Italia se refleja en las películas de Muccini, pero con toda seguridad sus personajes, adolescentes o cuarentones, reflejan a los italianos contemporáneos: “Son almas frágiles –explica el director romano-, víctimas de sus propios modelos. El coche, la ropa, el cuerpo, todo lo que la televisión nos machaca en la cabeza”.
Muccino nos dice que la historia que relata no es sólo italiana, sino también universal: “Sucede en todas partes, incluso en Sudáfrica. Se sueña con ser famoso sin tener ningún talento. Estamos incómodos, neurotizados y nunca nos gustamos lo suficiente”. Los platos rotos los paga la familia, “sitio en el que menos confiamos y en el que menos se nos conoce. Es más fácil hablar con un desconocido en una fiesta. Las familias estallan y dejan tras de sí un rastro de dolor”.
Muy italiano, eso sí, el tema de la “televisión basura”: “La televisión es un lugar al que se va a contar cualquier cosa para convertirse en una estrella. Incluso, puedes confesar un homicidio en directo y la audiencia aumenta: la pantalla lo ennoblece todo”. Es lo que piensa Valentina (Nicoletta Romanoff), la hija adolescente de Carlo y Giulia que de mayor quiere trabajar como azafata en la televisión.
“Las chicas que participan en estas audiciones de televisión tienen dieciocho años, son muy frágiles y vulnerables –explica Muccino-. Nadie les ha dicho que además de aparentar, hay que ser. Y sus madres son cómplices, como en Bellisima de Visconti. Vas a la televisión, resultas simpático, te vuelves rico y le das sentido a tu vida”.
(Tomado de: www.cineuropa.org)
FUNCIONES:
GALERíA DE FOTOS:
FICHA TÉCNICA:
Guion: Gabriele Muccino, Heidrun Schleef
Producción: Domenico Procacci
Fotografía: Marcello Montarse
Montaje: Gemma Mascagni
Música: Paolo Buonvino
Intérpretes: Fabrizio Bentivoglio, Laura Morante, Nicoletta Romanoff, Silvio Muccino, Monica Bellucci
Distribución: Cines Unidos
Guion: Gabriele Muccino, Heidrun Schleef
Producción: Domenico Procacci
Fotografía: Marcello Montarse
Montaje: Gemma Mascagni
Música: Paolo Buonvino
Intérpretes: Fabrizio Bentivoglio, Laura Morante, Nicoletta Romanoff, Silvio Muccino, Monica Bellucci
Distribución: Cines Unidos