SINOPSIS
Dick, de 18 años, vive en Estherslope, un triste pueblo minero del Medio Oeste. Los habitantes le consideran un bicho raro. Un día, por casualidad, se encuentra un pequeño revólver por el que se siente muy atraído a pesar de su declarado pacifismo. Decide llamarlo Wendy. No tarda en atraer a los otros jóvenes inadaptados del pueblo para formar un club llamado "Los Dandies". El grupo les hace sentir más fuertes y les da un sentido de unidad. Todos tienen un arma a la que han dado un nombre y de la que saben todo lo que puede saberse. Pero han jurado que jamás sacarían el arma. Es la primera y más importante regla de "Los Dandies". Sin embargo, incluso un Dandy puede meterse en un lío. Al fin y al cabo, las reglas se hacen para saltárselas, sobre todo si un gran e importante principio está en juego.
REFERENCIA
El nombre de Thomas Vinterberg (Copenhague, 1969) está asociado al movimiento Dogma 95, pues es co-fundador del mismo conjuntamente con Lars von Triers, Kristian Levring y Søren Kragh-Jacobsen. Estos daneses llamaron la atención del mundo al lanzar este reclamo por el rescate de lo esencial del lenguaje cinematográfico: cero artificialidad (fotografía natural, no a los efectos especiales o a la música incidental), ausencia de divismo actoral, preocupación por el argumento y los personajes en juego… Un llamado que ha tenido no poco entusiastas seguidores, no sólo de cineastas sino también de estudiosos y cinéfilos.

Vinterberg se gradúa de la Escuela Nacional de Cine de Dinamarca, en 1993, con su cortometraje Sidste omgang (Last Round), el cual ganó el premio del jurado y de los productores en el Festival Estudiantil Internacional de Cine de Munich y el primer premio en el festival de Tel Aviv, antes de ser nominado al Oscar en 1994. Su siguiente cortometraje Drengen der gik baglaens (The Boy Who Walked Backwars, 1994) también recibió otros galardones, y numerosos premios en festivales internacionales. Luego, al año siguiente aparece Dogma 95.

Su primer largometraje, De Storste helte (The Bigggest Heroes, 1996) recibe varios premios y es aclamado en su país, pero será con su segundo film Celebración (Festen, 1998), enmarcado en el movimiento Dogma 95, que alcanza fama a nivel internacional. La reunión de familiares y amigos para celebrar el 60º aniversario del patriarca es el motivo para desencadenar una serie de situaciones dolorosas entre los implicados. El film recibió el Premio Especial del Jurado en Cannes y fue aclamado por el público y la crítica de todo el mundo.

Ese mismo año de 1998 Lars von Trier realizaría Los idiotas (Idioterne, 1998), ambos films son considerados hoy como los mayores exponentes de Dogma 95, un movimiento del que ambos, tanto Von Triers como el propio Vinterberg, se alejarán en sus próximas realizaciones.

En efecto, el siguiente film de Vinterberg, It’s All About Love (2002), es una apocalíptica historia de amor enmarcada en el género de ciencia ficción, hablada en inglés y con actores de la talla de Joaquin Phoenix, Sean Penn y Claire Danes, que sin embargo, no tuvo ninguna resonancia.

En 2005, con guión de Lars von Triers, Vinterberg realiza Dear Wendy (Calles peligrosas) en la cual un grupo de jóvenes marginales norteamericanos crea un club secreto cuya filosofía se basa en el pacifismo y la pasión por las armas de fuego.

Dear Wendy se rodó en Filmbyen, a las afueras de Copenhague, donde los edificios de una antigua base militar fueron transformados en un típico pueblo estadounidense que ha conocido mejores tiempos. Las escenas de las minas fueron rodadas en una zona minera abandonada en Nordrhein-Westfalen, Alemania.

Las intenciones del cineasta:
“Lars von Trier y yo llevamos colaborando desde 1995, año en que fundamos Dogma ’95. Somos totalmente opuestos a la hora de trabajar, lo que hace que nuestras colaboraciones sean realmente interesantes.

“Lars es preciso y sistemático, casi matemáticamente exacto, sobre todo a la hora de experimentar con el medio cinematográfico. Yo, por mi parte, me baso más en la intuición, intento crear vida y emociones humanas en la pantalla. Nos atraía la idea de unir esas cualidades tan dispares en una película. Cuando se presentó la oportunidad, acepté sin haber leído el guión. Desde entonces me he molestado en hacerlo.

“Dear Wendy es una película acerca de un grupo de jóvenes en un empobrecido pueblo minero situado en alguna parte del sureste estadounidense. Se aíslan de lo que les rodea creando un club en el que pueden llevar y adorar sus pistolas sin traicionar nunca sus creencias pacifistas. Al leerlo, se me ocurrió que era un drama clásico que da que pensar. La mayoría del mundo occidental se considera pacifista con armas. Quité diez años a los personajes y me esforcé en luchar contra la sensación de estar en un escenario que despedía la historia. En todo momento he intentado encajar la historia en una realidad reconocible sin traicionar una trama tan fascinante como poco habitual. Desde que empecé a trabajar en Dear Wendy me he enfrentado a pensamientos y emociones perturbadoras referentes a la atracción por las armas”.