SINOPSIS
Por un lado es la historia de un trío de adolescentes. Pero también es la historia de unos padres pobres frente a unos padres ricos. La obra analiza los problemas cruciales en los adolescentes de 17 años: ¿cómo soportar a una madre que corta la corriente eléctrica de la casa durante dos semanas?, ¿quién es el más fuerte entre los judokas y los karatecas?, ¿se puede culpabilizar a un padre por pasarse de copas?, ¿cómo perder 8 kilos en seis semanas?, ¿cómo vaciar completamente el tubo de pasta de dientes?, ¿existen personas amantes de desgracias?, ¿cómo hacer un trío amoroso en un hotel?
REFERENCIA
Se presentó en el Festival de Cannes en 2005, en la sección Quincena de Realizadores.

Primer largometraje de Anthony Cordier. Nacido en medio de un ambiente obrero, Cordier estudia cine en la FEMIS, en la cátedra de montaje. En 2000 rueda su film de graduación Beau comme un camion, un documental premiado en Clermont-Ferrand, en donde interroga a diferentes miembros de su familia acerca de su trabajo y estudios. En 2001 filma un cortometraje que, como su primer largometraje (Douches froides), cuenta una historia de amor enmarcada en el tema de la lucha de clases. La vie commune fue producido, al igual que lo será su ópera prima, por Why Not, la sociedad que ha financiado entre otros, los films de Desplechin, Podalydès y Richet.

Las intenciones del cineasta:
“En el mundo obrero toma mucha importancia la noción del esfuerzo, del sacrificio. Hay que sufrir en la vida. Quería ver hasta dónde esto nos puede llevar, esta lógica del sacrificio sobre todos los aspectos de nuestra vida, y en particular en los asuntos del corazón. ¿Se puede hacer un sacrificio con respecto al amor? ¿Y por qué? ¿Qué tipo de placer se puede uno procurar con esto?”

A pesar de que los protagonistas son adolescentes, el cineasta se defiende de haber hecho un retrato sociológico de los jóvenes de hoy día: “Nunca pensé hacer una crónica naturalista de la adolescencia (…). Lo que me interesa son las diferencias, y a los 17 años la cuestión de la diferencia se presenta de manera más intensa –la diferencia social, la diferencia sexual… Al final, lo que me interesa es mostrar que en la adolescencia se puede ser muy libre sexualmente, una edad donde se experimentan sus diversas “caras”, como por ejemplo, hacer el amor entre tres personas, algo que puede interpretarse, en un primer término, como una consideración muy sensual de la amistad, pero también como una búsqueda de los límites y sentidos de la propia sexualidad. A los 17 años todavía se puede ver el sexo como un performance”.