Agata se sentía protegida en su librería y todo se precipita. Es como si repentinamente se encontrara en una novela extraña. La pasión inesperada por un joven exuberante y demasiado descuidado, el súbito descubrimiento que su amado hermano no es realmente su hermano, y las bombillas que misteriosamente se queman a su paso.

Silvio Soldini (Milán, 1958) después de matricularse en la facultad de Ciencias políticas de la Universidad de Milán, a los 21 años abandonó definitivamente los estudios y viajó a Nueva York para asistir a un curso de cine. Tras realizar algunos cortometrajes (entre los cuales Drimage en 1982), volvió a Milán para rodar en 16 mm Paesaggio con figure (1983), presentado en varios festivales, como Locarno y Bellaria. Mientras tanto, junto con otras personas aficionadas al cine como él (entre las cuales estaba Luca Bigazzi, que luego se convirtió en el director de fotografía de todas sus películas), fundó la sociedad de producción Bilicofilm.

Debutó en la dirección con el retrato femenino de Giulia in ottobre (1984), un mediometraje que consiguió el primer premio en Bellaria. Entre 1985 y 1989 realizó distintos trabajos independientes, que se pasaron sólo en certámenes o bien estaban destinados a la pequeña pantalla.

Con L'aria serena dell'Ovest (1990), Soldini debutó en el largometraje, presentada en la sección oficial del Festival de Locarno y en varias muestras cinematográficas internacionales, es una lúcida reflexión acerca del malestar de vivir en el Occidente contemporáneo y cuenta, con un valioso reparto de actores.

En 1993, obtuvo otro buen resultado con Un'anima divisa in due (presentada a concurso en Venecia, donde el protagonista Fabrizio Bentivoglio ganó la Copa Volpi al mejor actor): se trata de la dolida narración del amor imposible entre un vigilante de Milán y una chica gitana. En 1997 rodó Le acrobate, que también ganó prestigiosos premios y se presentó a concurso en Locarno: un análisis delicado y eficaz de la existencia de tres mujeres.

En 2000, Soldini realizó Pan y tulipanes (Pane e tulipani), con la que cosechó un amplio consenso por parte del público además de la habitual buena aceptación de la crítica (vendida en todo el mundo, la película ganó 9 premios David de Donatello y 5 Nastro d'Argento): esta vez los tonos son los de la comedia, pero en el retrato de la intensa figura femenina que está en el centro de la narración se reconoce la mano del autor

Brucio nel vento, de 2001, adaptación de la novela de Agota Kristof, "Ieri", marcó una vuelta, no del todo lograda, al registro dramático y se presentó a concurso representando a Italia en el Festival de Cine de Berlín. Con Agata y la tormenta (Agata e la tempesta, 2004) el director volvió a la comedia, pero la película obtuvo menor éxito.