SINOPSIS
Cleveland Heep es un hombre cuya máxima ambición es pasar siempre desapercibido. Entretanto, se ocupa de las reparaciones en un destartalado complejo de apartamentos en Filadelfia, donde una noche encuentra a una misteriosa joven cobijada en las galerías que pasan bajo la piscina comunitaria. Tras interrogarla, Cleveland descubre que es una "narf"; una especie de ninfa surgida de un cuento de hadas para niños, embarcada en un peligroso viaje desde nuestro mundo hasta el suyo.
REFERENCIA

M. Night Shyamalan –cuyo verdadero nombre es Manoj Nelliyattu Shyamalan – (India, 1970) ha sido calificado como uno de los más ingeniosos jóvenes talentos del cine fantástico contemporáneo, sobre todo desde el éxito que constituyó El sexto sentido (The Sixth Sense, 1999), su tercer film, una historia de fantasmas poco convencional que mantenía el interés del espectador hasta el final cuando se descubría realmente lo que pasaba con el protagonista interpretado por Bruce Willis. Sin embargo, estas alabanzas se han visto algo afectadas por el posterior desarrollo de la filmografía de este cineasta de origen indio cuya sexta película, La aldea (The Village, 2004), obtuvo unos decepcionantes resultados tanto de crítica como de público.

La dama en el agua (Lady in the Water, 2006) empezó como un cuento infantil que Shyamalan inventó para contar a sus dos hijas pequeñas a la hora de dormir. “La forma en que cuento historias a mis hijas es muy libre – lo primero que se me ocurre lo suelto,” cuenta de su ritual nocturno. “¿Saben que alguien vive debajo de nuestra piscina?” es lo que se le ocurrió decir a Shyamalan aquella noche en particular, inspirando una historia que se fue desarrollando durante días y semanas seguidas. “Se convirtió en una especie de odisea,” recuerda. “Había algo en el corazón de la historia que me daba ganas de contarla todas las noches, y mantenerla viva. Cuando finalmente la historia terminó, mis hijas y yo seguíamos charlando sobre ella y lo que había pasado a los personajes. Nos impactó de un modo insólito”.

Al igual que Cleveland, el protagonista de la película, y los otros inquilinos, Shyamalan llegó a creerse la historia. “Tuve que creerla ciento por ciento para que cobrase vida como película,” dice.

El film apunta a que los seres humanos tengamos la capacidad de creer en un mundo más allá del que vemos y vivimos comúnmente: “Nuestro problema es que cuando crecemos y nos hacemos mayores, nos olvidamos que cualquier cosa es posible,” opina Shyamalan. “Así que cosas que antes podían ser posibles ahora se han convertido en fantasias. Con el tiempo nos hemos vuelto tan cínicos que estas historias se han convertido en cuentos infantiles. Así que cosas que antaño fueron verdades, ahora están disfrazadas de cuentos infantiles”.

Shyamalan con esta película continúa con su exploración de la fe –un tema clave en sus películas, sobre todo en Señales (Signs, 2002)– Aquí en La dama en el agua examina el significado de encontrar nuestro objetivo en la vida. “Cuando me salgo del camino de hacer lo que debo estar haciendo me siento muy infeliz,” admite Shyamalan. “Cuando ves a personas que no tienen corazón, que no están llenas de entusiasmo como la gente que te inspira, es porque no están haciendo lo que deberían hacer. No han encontrado su propósito en la vida”.