SINOPSIS
Marcos, un insignificante empleado de banco, está a punto de vivir el único momento importante en su vida. En el interior de una vetusta casona a punto de derrumbarse, encontrará una colección de cuadros de dudoso valor artístico; supuestamente la obra de un desconocido pintor chileno que habría tenido un relativo éxito en el París de los años 30. Marcos siente que, junto a su novia, debe asumir la misión de dar a conocer este “Tesoro artístico” para dejar como su legado de vida un nuevo patrimonio artístico para la nación. Cual Quijote latinoamericano, Marcos deberá enfrentar aventuras y desventuras al intentar rescatar su descubrimiento del abrupto interés de oscuros personajes por apropiarse del “Museo” y las “Obras de arte” que han adquirido valor instantáneo al ser develados por los medios de comunicación.
REFERENCIA

Silvio Caiozzi (Santiago, 1944) es graduado de Bachelor of Arts in Communications en el Columbia College de Chicago en 1967. Ha desempeñado una prolífica labor fílmica, al mismo tiempo que ha desempeñado cargos de importancia, entre ellos, Presidente de la Asociación de Productores de Cine y TV de Chile en los años 1989, 1990, 1996, 1997 y 2000; miembro del Consejo Nacional de Televisión de 1992-1994.

También ha participado como jurado en diversos festivales de cine como por ejemplo el Festival Internacional de Cine de Huelva, España (1980), el Festival Internacional de Trieste, Italia (1991), y el Festival Internacional de La Habana, Cuba (1994).

Fue condecorado con la Orden Nacional al Mérito otorgada por el Presidente de la República Francesa en 1997.

A regresar a su país en 1967, se encuentra con un momento muy fértil del cine chileno. Trabajó como director de fotografía en varias películas pero luego llegó la dictadura y tuvo que dedicarse al cine publicitario no sólo por la censura y el ambiente de represión, sino porque Pinochet eliminó el apoyo económico para el cine.

Ante la práctica desaparición de los largometrajes, hubo un destape de la publicidad en esos años, también gracias a la aparición de la televisión a color. Caiozzi, con el dinero que ganó haciendo publicidad, filmó en 1976 su primera película como director único: Julio comienza en julio, que fue estrenada en 1979 y reconocida en el año 2000 por el público de su país como la mejor película chilena del siglo.

Entre sus otros títulos se destacan: La luna en el espejo (1990), Fernando ha vuelto (1998, documental), Coronación (2000) y Cachimba(2004). Estas últimas basadas en obras del escritor José Donoso: “Me atrae el mundo que él describe, lo veo, lo siento, me llega fuertemente. Me encantan los personajes que él desarrolla, me dan ganas de llevarlos a la pantalla. Tan simple como eso. Es sencillamente un gusto, una atracción”.

Cachimba es la primera comedia de Caiozzi, y aborda la crítica a la consideración mercantil del arte y el papel de los medios como principales promotores: “Es un tema que está apenas insinuado en la novela, pero yo lo desarrollo fuertemente, porque es uno de los temas de gran vigencia: el tema de las comunicaciones, de que todo se aprecia en la medida en que aparezca publicado, pues de lo contrario puede ser una obra maestra pero da lo mismo, no vale nada. En la película estos cuadros que a nadie le gustaban, que todos se burlaban, que eran horripilantes basta con que sean publicadas y pasan a ser obras maestras. Y los viejos de la Corporación en el fondo son unos piratas disfrazados de que apoyan a Chile a través del arte. Este tema no es sólo chileno, es mundial”.