Pierre y Anne. Ella ama a otro hombre. Ambos hablarán, tratarán de salvar aquel amor que se deshilachó con los años. Habrá crisis y reconciliaciones pasajeras pero Pierre y Anne comprenderán que su historia se desvaneció y que una segunda separación se aproxima: la de los padres con su hijo Louis de dos años. Después de nuevos desgarros, nuevos dolores y nuevas resignaciones, quedará solamente la sombra de una antigua felicidad.

Colegial de los barrios parisinos durante los años 70, Christian Vincent (1955) se dedica más a la militancia política que a la cinefilia. Sin embargo la descubre a los 21 años, cuando ve por primera vez La Règle du jeu (Jean Renoir, 1937).

Después de estudiar sociología y cine, entra al IDHEC en 1979. Rueda en la famosa escuela varios cortometrajes destacados, como Il ne faut jurer de rien (1983) con Fabrice Luchini, antes de convertirse en asistente de montaje de los últimos films de Max Pécas. Trabaja igualmente para las “actualidades regionales” de France 3, en Nord-Pas de Calais.

A finales de los años 80, Christian Vincent realiza sus investigaciones sobre la coquetería del siglo 18 para un film colectivo en el cual él dirigiría uno de los sketches. No obstante, después de ser abandonado el proyecto, escribirá el argumento de su primer largometraje, La Discrète, brillante comedia de personajes con el elocuente Luchini, actor destacado de Eric Rohmer todavía desconocido por el gran público.

Ëxito de crítica y de público, el film recibe tres César en 1991: entre ellos el de Mejor ópera prima, y hace del cineasta uno de los jóvenes autores de mayor promesa, al igual que Rochant o Desplechin.

Con la modesta y refinada Beau fixe, le ofrece a Isabelle Carré y Elsa Zylberstein sus primeros grandes papels en 1992.

Rueda en mejores condiciones –con Claude Berri en la producción, e Isabelle Huppert y Daniel Auteuil en el reparto-, La Séparation (1994), su tercer opus, donde relata, con una infinita delicadeza, una ruptura amorosa.

En 1997, Je ne vois pas ce qu'on me trouve, demuestra aún el talento de Christian Vincent tratando el tema de lo cotidiano con ternura y humor, pero cambia de registro con Sauve-moi, crónica sobre la miseria social.

En 2005, vuelve a un terreno más familiar con Les Enfants: diez años después de La separación, se interesa por una nueva adaptación de una novela de Dan Franck, esta vez sobre la recuperación de la familia.