La mala suerte se parece muchas veces a un juego de dominó cayendo ficha tras ficha. Tras un desplome no puede esperarse si no el siguiente. Eso le ocurre a Standa, quien tras salir de la cárcel espera resarcirse con la vida. Pero al aliarse con el torpe Ondrej, las fichas seguirán cayendo una tras una.

David Ondricek nació en Praga en 1969 y es hijo del destacado fotógrafo Miroslav Ondricek, quien trabajó en las mejores películas de Miloš Forman. Comenzó en el cine actuando desde niño y entre 1988 y 1993 estudio documental en la Escuela de cine de Praga (FAMU), donde dirigió, entre otros, el documental sobre el Dalai Lama Om (1990).

En 1996 rodó su primer largometraje Septej. Su segunda obra, Samotari, rodada en el 2000, obtuvo amplio reconocimiento internacional. Una mano no aplude (Jedna ruka netleská, 2003), una comedia sobre la mala suerte de un exconvicto, fue postulada al Oscar como Mejor película extranjera. Hasta ahora, la corta filmografía de David Ondricek lo convierte en una promesa del cine checo contemporáneo.

Nominada al Oscar 2003 a la Mejor película extranjera