DIRECTOR

Germán Ramírez

DISPONIBLE EN PELÍCULAS DE IMPACTO. Días antes de morir la tía Ricardina, su sobrino le prometió continuar su labor, trabajar en la defensa de Ia planta sagrada como alimento y medicina. Herney y su generación vivieron un cambio de pensamiento respecto a la coca, cuando llegaron forasteros buscando la hoja sagrada para darle un uso que cambiaría para siempre la cultura de Lerma. Allí, al sur de Cauca comenzó el narcotráfico en Colombia. 

Artista plástico y realizador de cine y tv, el colombiano Germán Ramírez cuenta con más de 10 años en el mercado audiovisual en su país. Es fundador de El Árbol Films, productora creada en el año 2009, dedica a la realización de productos audiovisuales: documentales, contenidos educativos-culturales y productos corporativos.

Dos años duró el trabajo de campo y grabación de esta producción, La tía Rica (2017), que “da una nueva mirada de la hoja de coca y de los campesinos cocaleros en Colombia”, cuenta Germán Ramírez, director y productor ejecutivo.

“Es una historia de 52 minutos que explora su presencia en el sur del Cauca antes del narcotráfico, durante su bonanza y en la actualidad, bajo la promesa de una paz estable y duradera”, dice.

Agrega que a través de esta familia se podrá “comprender la compleja realidad de los campesinos cocaleros en un momento crítico en nuestro país en la lucha contra los cultivos ilícitos. Como esta familia, existen miles de personas en el territorio nacional que viven de esta planta”.

Para Ramírez, es muy importante dejar en claro que la coca es una planta sagrada, “tiene una elevada cantidad de calcio, fósforo y otros minerales que son de valor nutricional; que es energizante, que con ella se hace harina y de ahí panes, tortas, galletas... También es utilizada para hacer té y aromáticas, para combatir el soroche y la debilidad. Además, sirve como abono para cultivos, entre muchos otros usos”, agrega.

El documental, sigue el realizador, “aborda cómo el uso ancestral de la coca fue pervertido por el narcotráfico, que destruyó una comunidad, sus valores de solidaridad y respeto, y cómo la guerra contra las drogas ha afectado a los campesinos”.

“En este escenario, una comunidad intenta sacar adelante una industria de productos lícitos a base de coca y recuperar el uso ancestral y su dignidad como campesinos. Esta historia se desarrolla durante el proceso de paz y la negociación de lo referente a la coca en Colombia en los dos últimos años”, comenta Ramírez.

Durante la realización fueron amenazados por el Eln, que les pidió dejar la zona, pero pudieron regresar con el permiso y el apoyo de la comunidad. “El tejido social funciona muy bien, pero es muy duro ver a estos campesinos hechos unos guerreros de la vida”.

(Fuente: www.eltiempo.com) 

Premios 

• Festival de Guadalajara: Selección oficial
• Muestra Internacional Documental de Bogotá: Selección