SINOPSIS
Han pasado varias semanas desde que Vincent, un oficinista de clase media alta, perdiera su trabajo en una importante consultora. Incapaz de comunicar la nueva situación a su familia y a sus amigos, pasa todo el día conduciendo su automóvil sin rumbo fijo, durmiendo en estacionamientos o persiguiendo trenes. De tanto en tanto, llama a Muriel, su mujer, para decirle que sus ocupaciones le impedirán estar a tiempo para la cena. Todas sus acciones tienden a mantener en los demás la impresión de que él aún sigue trabajando. A medida que pasa el tiempo, Vincent descubre que la situación comienza a escapársele de las manos. Como una forma de evadir las preguntas de sus allegados, se inventa un nuevo y prestigioso empleo en una ONG con sede en Ginebra. Para sostener a su familia sin modificar su calidad de vida, inventa una serie de negocios financieros con los cuales estafa a viejos conocidos.
REFERENCIA
Diplomado del IDHEC en 1986, Laurent Cantet (Melle, Alemania Occidental, 1961) debuta filmando para FR3 un documental (Un été à Beyrouth, 1990), antes de convertirse en asistente de Marcel Ophüls en Veillees d'armes (1994), sobre el conflicto en la ex-Yougoslavia. Seguidamente realiza dos cortometrajes, Tous à la manif, que obtiene el Premio Jean Vigo 1995, y Jeux de plage, en el mismo año.

Autor de diversos documentales, Cantet se asocia a Pierre Chevalier, quien es el responsable de la unidad denominada Sept-Arte, y realiza Sanguinaires, que formó parte de la colección de cortometrajes dedicados al año 2000. De igual forma, gracias a la iniciativa de Sept-Arte, el cineasta realizó su primer largometraje Ressources humaines, en donde describe una crisis familiar (la relación padre-hijo) sobre un fondo de implicaciones sociales (la aplicación de la ley de 35 horas y sus derivados). El film obtiene el César a la Mejor ópera prima.

Para El empleo del tiempo (L' Emploi du temps, 2001), su segundo largometraje, reunió a Karin Viard y Aurélien Recoing en una libre adaptación de la historia de Jean-Claude Romand, un mentiroso patológico que había abusado de su entorno a lo largo de veinte años. El caso, basado en un hecho real, también fue llevado a la pantalla por la actriz-realizadora Nicole Garcia (L’adversaire, 2002, con Daniel Auteuil) y, en España, por Eduard Cortés (La vida de nadie, 2002).

“En El empleo del tiempo, quise hablar de un hombre que intenta encontrar una vida sin trabajo, reflexionar sobre la sobrevaloración de lo laboral, cómo nos define y cómo nos da o nos quita libertad”, explica Laurent Cantet, de 40 años, la misma edad de Vincent, el protagonista y (anti)héroe de su película.

"Con Robin Campillo, co-guionista y montador del film, partimos simplemente del recuerdo que teníamos del hecho antes que lanzarnos a llevar a cabo una investigación minuciosa”, continúa el director. “Curiosamente habíamos dejado de lado los rasgos que hacían esta historia un hecho real trágico: los asesinatos. Estábamos interesados sobre todo en la doble vida de Jean-Claude Romand y por todo lo que ésta nos permitiera imaginar sobre el personaje en sí. El Vincent de la película (interpretado por Aurelién Recoing) es, sin dudas, mucho más trivial, y, por supuesto mucho más próximo a nosotros que el Jean-Claude real. (…). En desquite, el personaje de Vincent se nutre de la duplicidad de Jean-Claude, de su capacidad desquiciante de asumir una doble vida.”

Un actor casi desconocido interpreta a Vincent, Cantet explica sus razones para esta decisión: “Aurelién Recoing era poco conocido en cine aunque tiene una gran carrera en el teatro. El relativo anonimato del actor va muy bien con la intención de hacer de Vincent un personaje transparente. Quería que Vincent se fundiera en todos los ambientes sin que fuera reconocido en seguida, que pudiera ocupar un último plano sin que la mirada fuera atraída por su presencia. Luego, quedé totalmente convencido por la estatura de Aurelién, por su solidez aparente que le da aires de coloso sin destruir la fragilidad que se lee en su mirada, un hombre cuyos actos pueden a veces volverse casi infantiles.”