DIRECTOR

Stefano Sollima

A medida que han comenzado a traficar con terroristas, la guerra contra los cárteles de la droga se ha intensificado en la frontera entre EE.UU. y México. Para hacer frente a este conflicto armado, el agente federal Matt Graver vuelve a hacer equipo con Alejandro Gillick, un hombre que no teme luchar contra los criminales más terribles.

En 2015, el cineasta canadiense Denis Villeneuve (La llegada) dirigía el thriller Tierra de Nadie – Sicario (Sicario), centrado en los cárteles de la droga mexicanos en la conflictiva zona fronteriza mexicano-estadounidense. Fue un film muy aclamado por la crítica y el público, alcanzando 3 nominaciones a los premios Oscar, entre otros varios reconocimientos.

Por cuestiones de agenda, Villeneuve no pudo encargarse de la secuela -así como tampoco repitió una de sus estrellas, Emily Blunt-, recayendo la responsabilidad en el italiano Stefano Sollima (Roma, 1966) -hijo del cineasta de culto Sergio Sollima-, quien tiene experiencia en thrillers de acción en torno al crimen organizado, ya que es realizador de series como “Romanzo criminal” (2008-2010) o “Gomorra” (2014-2016) y de films como ACAB – All Cops Are Bastards (2012) y Suburra (2015).

Con Sicario: Día del soldado Sollima realiza su primer film en inglés contando con el regreso a sus papeles de los actores Benicio del Toro y Josh Brolin, además de Taylor Sheridan quien vuelve a encargarse del guion.

El director ha declarado que siempre quiso trabajar en Hollywood pero temía perder su “integridad”, su “estilo cinematográfico” y no desaparecer en la gran maquinaria de la denominada Meca del Cine, pero al leer el guion de Sicario: Día del soldado supo inmediatamente que ese universo mostrado en la historai era muy cercano a él.

Aunque no la considera una secuela propiamente dicha o ni tan siquiera una precuela, sino una cinta “con un tono y un  ritmo distintos”, para el realizador se trata de una “película sobre la venganza, pero también sobre la fatalidad. Y en parte también habla de la noción del perdón. Y luego, por supuesto, todo esto se aborda en el contexto 'candente' de la inmigración, la trata de personas y el terrorismo. Al final es una película ultrapolítica y contemporánea. Estos son temas delicados y he tratado de abordarlos con respeto y precaución”.

(Tomado de: www.allocine.fr) 

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