Fernando Karadima, párroco y líder de la Iglesia más poderosa de la clase alta chilena, entre los años 80 y los 2000, es considerado un “Santo” en vida. Thomas, un adolescente en busca de su vocación, encontrará en el sacerdote a su Director Espiritual. Durante 20 años, Thomy vivirá paulatinamente en carne propia los abusos físicos y sicológicos por parte del cura, hasta decidir hablar y enfrentar las redes de poder que protegen al cura y desenmascarar definitivamente al verdadero Karadima bajo la envestidura de representante de Dios en la Tierra.
REFERENCIA
El bosque de Karadima (2015) es el segundo largometraje del director de cine y televisión, productor y guionista chileno Matías Lira (Santiago, 1975), luego de debutar con Drama (2010), sobre unos jóvenes actores que experimentan con sus propias vidas en busca de emociones y situaciones reales para llevarlas al escenario, sobrepasando así sus propios límites.
Lira estudió teatro en la Academia de Fernando González, y en 1997 formó la compañía de teatro y performance Teatro de Acción.
El bosque de Karadima se basa en un hecho real de abuso infantil por parte de un miembro importante de la iglesia chilena que conmocionó al país sureño cuando salió a la luz pública.
Estrenada en abril de 2015, la cinta fue un éxito en cines chilenos, volviéndose una de las más vistas del año, con más 310.170 espectadores. Posteriormente en septiembre de ese mismo año se estrenó en formato de serie de televisión, de tres capítulos, en el canal Chilevisión.
El director cuenta por qué decidió llevar este impactante caso al cine: “Fui uno más de los que quedó en shock con lo que vi en televisión. Había escuchado hablar de la Iglesia El Bosque, que había prácticamente un santo ahí, pero lo que más me impactó y me dio fuerzas para hacer la película fue cuando me llegaron los expedientes civiles, penales y eclesiásticos. Trabajé con Álvaro Díaz, uno de los guionistas, y fue muy fuerte darse cuenta que además que había más víctimas, había más abusadores y más cómplices. Eso me generó la idea de mostrar. La gente solo estaba conociendo la punta del iceberg de lo que estaba realmente pasando en ese lugar. Fue complejo partir, porque había muchas cosas que no entendía y como realizador tienes que tener mucha seguridad para emprender un proyecto de este tipo. Primero, para convencerse a uno mismo y, después, para convencer a todo el equipo.
Por ejemplo, había gente que me decía que no entendía cómo una persona de 35 años se puede considerar una víctima y en el proceso de investigación me fui dando cuenta que la parroquia era una secta. Por ejemplo, cuando los niños tenían que confesarse, a veces los hacían esperar hasta cuatro horas. ¿Te imaginas la vulnerabilidad de esa persona al momento de la confesión? Esas son técnicas sectarias. Había también un constante alejamiento de las familias, se decía que la familia podía ensuciar el camino a la santidad, o sea, bloqueaban el único punto de contención que podían tener ante un problema. A eso hay que sumar todo el abuso y la manipulación sicológica: 'yo conozco tus confesiones, si te vas de aquí vas a tener problemas', cosas de ese tipo. De esa forma fui entendiendo la película y sentí que podía entregar algo que tuviera sentido”. (Fuente: http://cinechile.cl/entrevista-148).
Guion: Elisa Eliash, Alicia Scherson, Álvaro Díaz.
Producción: Sebastián Freund.
Fotografía: Miguel Ioan Littin.
Montaje: Andrea Chignoli.
Música: Camilo Salinas.
Director de Arte: Sebastián Muñoz.
Intérpretes: Benjamín Vicuña (Thomás), Luis Gnecco (Fernando Karadima), Ingrid Isensee (Amparo), Pedro Campos (Thomás joven), Aline Küperheim (Madre de Thomás), Gloria Münchmeyer (Madre de Karadima).
Distribución: Muestra de Cine Latinoamericano