DIRECTOR

Cédric Jimenez.

1975. Pierre es un magistrado recién llegado a la conflictiva Marsella. Enérgico y ambicioso, su misión será acabar con la imbatible estructura del narcotráfico local, controlada por el peligroso e intocable Gaetan Zampa.

Conexión Marsella (La French, 2014) es la primera cinta en solitario que rueda Cédirc Jimenez (París, 1976), luego de haber codirigido junto a Arnaud Duprey el thriller Aux yeux de tous (2012), sobre unos terroristas que son descubiertos por un hacker, luego de haber realizado un atentado en una estación de París.  

Pero la carrera cinematográfica de Jimenez se inició a través del documental. En 2003, de vuelta en Francia después de una larga estadía en Nueva York, rueda Boss of Scandalz Strategyz, un fascinante documental que sigue la trayectoria del hip-hop. Participa algunos años más tarde en el guion de Scorpion de Julien Seri, sobre la resurrección de un boxeador tailandés caído, encarnado por Clovis Cornillac.

Con Conexión Marsella Jimenez se traslada a los años setenta, cuando la ciudad era un punto caliente del narcotráfico internacional. De sus laboratorios clandestinos salía la heroína más pura del mundo hacia todos los rincones del planeta, especialmente Estados Unidos. Era la French Connection. La legendaria película de William Friedkin estableció su mitología en todo el mundo. Cuarenta años después, Jimenez rescata el antagonismo entre Gene Hackman y Fernando Rey en las figuras internacionales del estrellato francés, Jean Dujardin y Gilles Lellouche.

Pero la película no es un remake. La historia es otra. Basada en hechos reales, narra la tragedia de Pierre Michel (Dujardin), el Elliot Ness francés, un juez obsesionado con limpiar las calles de la droga en abierta guerra contra el líder criminal Gaetan Zampa (Lellouche). 

El director cuenta cómo surgió su interés por el proyecto: “Ilan Goldman que había visto y disfrutado mi primera película Aux yeux de tous quería conocerme. Cuando oyó mi acento, me preguntó si no tenía una historia que quería contar en Marsella. Le hablé de la historia del juez Pierre Michel y de Gaetan Zampa. Tenía la historia en mente desde hacía mucho tiempo. Yo era consciente de que el proyecto era muy ambicioso, que era casi como un sueño. Ilan me respondió: ‘A mi sólo me gustan los sueños. ¡Hagámoslo! ‘. Con mi coguionista, Audrey Diwan, empezamos allí el mismo día”.

Jimenez explica porqué esta historia le es tan familiar: “Mi padre tenía un restaurante – un club de jazz en la playa de Marsella. Algunas caras conocidas pasaban por allí de vez en cuando. El hermano de Gaetan Zampa tenía también un bar cercano. Este es el universo en el que me moví cuando niño. Y recuerdo muy bien el día que supe del asesinato del juez Michel. La noticia sacudió a toda la ciudad. A través de esta historia quería también contar un poco de Marsella”. 

En un encomiable y ambicioso esfuerzo por notariar toda la investigación durante los setenta y los ochenta con minuciosidad, al tiempo que centra el drama en la psciología de ambos protagonistas, Jimenez vincula su filme con la tradición del cine de mafiosos americanos pero sin olvidar sus raíces francesas: “Mi primera obsesión fueron Coppola, De Palma, Scorsese, y llegué a los franceses del polar después. Mi personalidad cinematográfica está anclada en esos cineastas. No podría nombrar una película en concreto como referencia principal de Conexión Marsella, porque se trata más de una idea, una noción sobre el cine de los setenta americano, pero también el de los sesenta europeo. Supongo que verán a Scorsese en mi película, pero también a Melville o Clouzot, las influencias son muchas. En el trabajo con el director de fotografía también vi películas muy alejadas de esa idea, como Babel, porque no me interesaba entrar en un mundo de referencias demasiado visibles”.

Fuentes: 

- www.unifrance.org 

- www.elcultural.com 

Premios: 

• Premios César: 2 nominaciones incluyendo Mejor diseño de producción

Web: www.gaumont.fr