Narra las últimas horas del ex Presidente Salvador Allende, junto a sus colaboradores más cercanos, al interior del Palacio de la Moneda, el 11 de septiembre del 1973. Angustia, desesperación, solidaridad, amor, traiciones. Emociones que se mezclan y sobreponen a cada minuto. La cuenta regresiva hacia un desenlace que marcará para siempre la historia de Chile, y, de los pueblos de Latinoamérica. La película muestra a Salvador Allende desde una nueva perspectiva, desconocida para la mayoría.
REFERENCIA
Miguel Littin (Palmilla, 1942) es, hoy por hoy, uno de los cineastas más destacados del llamado “Nuevo Cine Chileno” que emergió en el país sureño a finales de los años 60. Actor, guionista y realizador, su obra está conformada por largos documentales y de ficción de los que destacan, El chacal de Nahueltoro (1969), su primera cinta de ficción, indiscutible obra maestra del cine latinoamericano, basada en un hecho real acerca del autor de un brutal asesinato múltiple en la zona de Nahueltoro; Actas de Marusia (1976), su primera película nominada al Oscar y presente en el festival de Cannes, sobre la rebelión de los trabajadores chilenos de salitre en 1907, protagonizada por el conocido actor italiano Gian María Volonté; El recurso del método (1978), adaptación de la novela de Alejo Carpentier, también presente en Cannes; Alsino y el cóndor (1982), basada en la novela del escritor chileno Pedro Prado, publicada en 1920 y trasladada a la época actual, en plena revolución sandinista. Coproducida entre Nicaragua, Cuba, México y Costa Rica, es su segunda cinta nominada al Oscar y fue ganadora en el Festival de Moscú.
Más recientemente, Littin ha destacado con Dawson Isla 10 (2009), nominada al Goya como Mejor película hispanoamericana, basada en el libro de Sergio Bitar, que narra el drama de los detenidos recluidos en la Isla Dawson, convertida en centro de reclusión para los presos políticos luego del golpe de Estado contra Allende en 1973.
Coproducida entre Chile y Venezuela, Allende en su laberinto (2014) narra las últimas 7 horas de la vida del presidente chileno Salvador Allende, antes de su derrocamiento y muerte el 11 de septiembre de 1973.
“Este filme lo hice porque era una deuda con mi historia, con Chile y con América Latina: Allende es el mayor aporte que Chile le puede entregar al mundo”, ha declarado el cineasta.
Según el director, su objetivo fue contar la historia de un ser humano, el Allende que él conoció, el hombre que veía todos los días, y para esto además apeló a la memoria de muchos, se pasó años entrevistando a los sobrevivientes del Palacio de La Moneda, sede del gobierno, en aquel momento. Por su apoyo como cineasta al recién instalado gobierno de la Unidad Popular, Littín fue nombrado por Allende como Jefe de la compañía estatal Chile Films en 1972.
“Los hechos que están en mi película podrán cuestionarse pero no se pueden negar”, sentenció el realizador.
El filme recrea una historia y un imaginario con una sucesión de grandes primeros planos o “big close up” la mayor parte del tiempo, pero Littín insiste en que ve la vida así y esa historia en particular. A esto se suma el hecho de haber filmado la obra en Caracas, por lo cual su escenografía no podía ser lo externo al Palacio.
“Mi escenografía eran los rostros de los personajes, entonces fue una forma de contar la historia un poco más personal, porque lleva un cierto nivel de poesía y de abstracción el hecho de ver la historia a través de los ojos de otra gente y para eso necesité hacer primeros planos, a los que yo no le tengo miedo”, comentó.
Littín incluso admitió actores no profesionales en varias escenas porque dice ser capaz de trabajar con quien tenga al lado, solo le importa transmitir la veracidad de los sentimientos.
Cuenta que Allende fue mucho más enamorado de lo que aparece en la película, pues era imposible que pasara una mujer hermosa frente a él y se quedara callado, y si había una flor se la regalaba, eso lo vio con sus propios ojos un día en el Palacio de la Moneda y decidió incluirlo en el testimonio fílmico.
A pesar de algunas críticas, el realizador pregunta por qué creer que el 11 de septiembre de 1973 el presidente iba a solo a tirar tiros y dejar de ser el caballero galante que siempre fue.
Fuente: www.cubadebate.cu
Guion: Miguel Littin.
Producción: Cristina Littin.
Fotografía: Cristián Petit-Laurent.
Montaje: Rodolfo Wedeles.
Director de Arte: Sebastián Accorsi, Yuruaní Rodríguez.
Intérpretes: Daniel Muñoz (Allende), Aline Kuppenheim (Miria Contreras), Horacio Videla, Roque Valero, Juvel Vielma, Gustavo Camacho.
Distribución: Cines Unidos