Mientras la tierra se ve sacudida por los terribles sucesos de la Segunda Guerra Mundial, otra guerra se libra en un pequeño rincón del campo francés. Los chicos de los pueblos vecinos de Longeverne y Velran siempre se han odiado. No pelean por ningún motivo especial. Simplemente, no quieren ver a sus vecinos cerca de donde ellos viven. En una de esas batallas, Lebrac, un chico de trece años de Longeverne, conflictivo pero de gran corazón, tiene una idea brillante: arrancar todos los botones de las ropas de los prisioneros que tomen, para que vuelvan a sus casas medio desnudos, vencidos y humillados. Se ha declarado la 'guerra de los botones' y el pueblo que reúna el mayor número de botones será declarado vencedor.
REFERENCIA
El director de cintas tan conocidas como Los coristas (Les choristes, 2004) y Me enamoré en París (Faubourg, 36, 2008), Christopher Barratier, dirige su tercer largometraje, La guerra de los botones (La nouvelle guerre des boutons, 2011), nueva adaptación de la novela del autor francés Louis Pergaud (1882-1915), publicada en 1912 y que fuera llevada a la pantalla grande en 1962 por Yves Robert. (A señalar que también este año 2011 se estrenó, con una semana de diferencia en el mes de septiembre, en Francia, otra versión cinematográfica de la novela, dirigida por Yann Samuell)
Comentarios de Christophe Barratier
"Tenía diez años cuando descubrí 'La guerra de los botones'. En primer lugar leí el libro en el colegio, y enseguida descubría la película de Yves Robert. Lo que más me impresionó en aquella época es que, por primera vez, los niños podían sostener una guerra, desobedecer, rebelarse, pero que eso no estaba mal, sino más bien todo lo contrario. Me encanta reencontrar esa libertad de la infancia o, parafraseando a Françoise Dolto, dejar hablar al niño libre que sigue estando dentro de mí".
"Para contar esta historia, elegí la época de la Ocupación en Francia, y concretamente el año 1944, porque me parecía que para ir más allá de la pequeña guerra entre niños y esa rivalidad local le faltaba a la novela un trasfondo conflictivo. De ahí surgió la idea de que La guerra de los botones se desarrollara en la gran guerra de los hombres. Así, el conflicto trágico de los adultos tiene resonancia en el de los niños, más divertido. Detrás de toda esa trama de enfrentamiento entre los dos pueblos, está el síndrome de una gran guerra que se desarrolla no muy lejos y que anuncia ya su desenlace. La fase final de la Ocupación es un período sombrío, a la sombra de un genocidio, en que los nños han sufrido y en el que los padres han sido hechos prisioneros y deportados. En el campo francés encontraron refugio muchos niños judíos, por lo que, al crear el personaje de la niña judía que llega al pueblo bajo la protección de la joven Simone, la gran guerra aparecía no ya como una intriga secundaria sino como un conflicto que entra en resonancia con nuestros personajes".
"Mis sueños de niño no me han abandonado nunca. Oscar Wilde decía que había que tener sueños muy grandes para no perderlos nunca de vista. De niño, yo tenía ambiciones artísticas enormes y desordenadas a la vez: el cine, la música, la literatura, el dibujo... Con cada nuevo proyecto, me doy cuenta de que tengo ganas de hacer la película que me hubiera gustado ver de crío. Y al niño que yo era le gustaba lo espectacular, la música, los grandes sentimientos y las películas en las que el personaje principal se enfrenta al resto del mundo. A todo ello, he querido añadir la rabia y la pasión vital de un personaje atormentado, como Lebrac, que abarca toda la paleta de los sentimientos que puede experimentar un niño, la poesía tierna y dolorosa de Violette, la despreocupación del Pequeño Gibus...".
"La novela de Louis Pergaud es una magnífica descripción del paso de la infancia a la adolescencia y nos muestra cómo los niños pueden unirse y ser solidarios. Esta película en realidad es una adaptación libre del texto, en el sentido de que me he dejado guiar por mi inspiración hacia tierras que eran ajenas a la novela de Pergaud. En ella están, naturalmente, las batallas, la rivalidad, la traición, pero además mi objetivo era ofrecer a los niños y a sus familias un espectáculo total a través de la música, el impulso épico, las escenas de batallas, y las emociones que impregnan la película, magnificadas por las técnicas de filmación modernas. La película recoge ante todo el anhelo de libertad de la novela de Louis Pergaud. Todos esos niños no sólo son niños que están en guerra los unos contra los otros sino que están elaborando su propia república. Se fijan unas reglas, no sólo de combate sino también reglas de vida. Por primera vez hablan de impuestos igualitarios, de solidaridad, de unión. Son un grupo. Estas nociones existían ya en Los coristas. También pienso que al situar esta historia en 1944 se puede aprovechar la oportunidad para recordar a los niños lo que fue el período de la Ocupación y el poderoso viento de esperanza que sopló sobre Francia en el momento de la Liberación. A través de un entretenimiento, se puede dar una lección de historia. Y no había que olvidar el humor. Pienso que, entre las grandes películas, hay muy pocas en las que está ausente el humor. Me refiero al humor y no a lo cómico. Me parece que podemos interesarnos más por un asunto serio si, como en la película, se producen unas rupturas inesperadas. Así, los chicos no tienen la impresión de que están asistiendo a una lección de historia sino a un verdadero relato, que les va a emocionar, que les va a enriquecer y que tendrán ganas de volver a ver".
Christophe Barratier
Guion: Christophe Barratier, Stéphane Keller y Thomas Langmann; basado en la novela homónima de Louis Pergaud
Producción: Thomas Langmann
Fotografía: Jean Poisson
Montaje: Anne-Sophie Bion e Yves Deschamps
Música: Philippe Rombi
Director de Arte: François Emmanuelli
Intérpretes: Guillaume Canet (maestro), Laetitia Casta (Simone), Gérard Jugnot (padre de L'Aztec), Kad Merad (padre de Lebrac), Jean Texier (Lebrac), François Morel (padre de Bacaillé), Marie Bunel (madre de Lebrac), Thomas Goldberg (L'Aztec), Théophile Baquet (Gran
Distribución: Embajada de Francia