Liesel es una joven que es acogida por una familia en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Sus integrantes, que ocultan a un judío en su hogar, le enseñan a leer. Para Liesel, el poder de las palabras y de la imaginación se convierte en una forma de escapar de los tumultuosos eventos que la rodean.
REFERENCIA
Inicios
La historia y sus personajes son producto de la imaginación del escritor Markus Zusak, cuya novela “La ladrona de libros” fue publicada en su país, Australia, en el año 2005, y en el resto del mundo en 2006. La novela ha vendido ocho millones de ejemplares en todo el mundo, se mantuvo en la lista de superventas del New York Times durante casi siete años y ha sido traducida a más de 30 idiomas.
El escritor Markus Zusak dice que para escribir el libro se inspiró en las historias que le contaban sus padres cuando era niño en Australia. "Parecía como si un pedazo de Europa entrara en nuestra cocina cuando mi madre y mi padre contaban sus relatos sobre lo que supuso crecer en Alemania y Austria, sobre los bombardeos de Múnich o sobre los prisioneros que los nazis hacían desfilar por las calles", dice Zusak. "Yo no me di cuenta entonces, pero fueron esas historias las que me llevaron a desear ser escritor".
"Era una época de extrema perversidad y peligro, pero sin embargo mi fuente de inspiración fueron los actos de generosidad que hubo en tiempos tan oscuros", prosigue Zusak. "Ésa es la razón por la que La ladrona de libros trata sobre encontrar belleza incluso en las más insoportables circunstancias. Una de las ideas principales de la historia es que mientras Hitler destruye a la gente con sus palabras, Liesel las recupera y escribe con ellas su propia historia".
El ámbito reflejado en la novela, así como su victoriosa y joven heroína, captaron la atención de los productores Karen Rosenfelt y Ken Blancato, que desde que se publicó se pusieron manos a la obra para llevarla a la gran pantalla.
Un gran paso adelante a la hora de desarrollar el filme fue contratar al guionista Michael Petroni (Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba) para realizar la adaptación del texto de 580 páginas escrito por Zusak. Cuando le contactaron para escribir el guion, Petroni ya era, según afirma, "un gran fan de la novela".
Para el guionista (…) "El desafío mayor fue elegir qué partes eliminaba. Es un tesoro en potencia que oculta escenas extraordinariamente conmovedoras; ése fue el material que me atrajo desde un principio".
Había también otros retos que cumplir. Petroni añade: "El libro no se ajusta a un orden cronológico, y a menudo el narrador suscita la intriga del lector mediante migajas de información que después vuelven a formar parte de la historia. Mi primera tarea consistió en desentrañar cronológicamente la novela para reestructurar posteriormente las escenas de manera que tuvieran un mayor impacto dramático en la película. Esto implicaba a veces tener que alterar la cronología del libro; yo dudo que la gente lo note, pero este tipo de cambios siempre resultan muy complicados de hacer. Para mí es un honor que Markus confiara en mí para adaptar su libro".
Mientras Petroni seguía perfeccionando el guión, comenzó la búsqueda de un director. "Basándonos en el extraordinario trabajo de Brian Percival en la televisión británica y en su pasión por el proyecto, estábamos ansiosos por reunirnos con él", dice Elizabeth Gabler, presidente de Fox 2000 Pictures. "Brian acudió a la reunión con un texto que él mismo había elaborado donde reflejaba las ideas visuales que describían su enfoque del filme, y nosotros nos alegramos mucho de haber encontrado al director perfecto".
Tras el éxito mundial de la serie “Downton Abbey”, Percival se convirtió en un director mucho más solicitado. "En un momento dado, me llegaban hasta cinco guiones al día y era imposible leerlos todos", señala Percival, "por lo tanto, leía las primeras 30 páginas de cada guión para saber si me interesaba el proyecto". Percival dice que sólo llevaba unas cuantas páginas de La ladrona de libros cuando ya supo que tenía que hacer la película. "Me emocionó mucho la novela. Es una historia muy positiva y edificante, y me encantó que el personaje central fuera una jovencita que, aunque cuando la conocemos no tiene nada, ni siquiera, aparentemente, futuro, pudo no sólo sobrevivir sino también progresar".
Además, Percival se sintió identificado con la historia a nivel personal. "Yo procedo de un entorno muy humilde. Teníamos muy poco y siempre había ese deseo de intentar lograr algo que, en mi caso, era hacer películas. Después, cuando fui a la escuela de arte, recuerdo que hubo mucha gente que me enseñó a mirar –particularmente, a través de los libros– el mundo de forma diferente y, por consiguiente, vivir la vida también de una manera distinta. Me identifico con Liesel en ese sentido".
Percival asumió asimismo la idea de que el poder de las palabras puede tanto destruir como curar, dependiendo del uso que hagamos de ellas. Este es un tema que transita a lo largo de toda la historia. "Liesel empieza a comprender las palabras y su poder, y se da cuenta de que se pueden utilizar tanto para lo bueno como para lo malo", explica Percival. "Este hecho le permite cambiar su vida y tomar decisiones que no hubiera tomado antes de coger un libro. Esa es la clave de su espíritu".
Guion: Michael Petroni; basado en la novela de Markus Zusak
Producción: Karen Rosenfelt y Ken Blancato
Fotografía: Florian Ballhaus
Montaje: John Wilson
Música: John Williams
Director de Arte: Simon Elliott
Intérpretes: Geoffrey Rush (Hans Hubermann), Emily Watson (Rosa Hubermann), Sophie Nélisse (Liesel), Ben Schnetzer (Max), Nico Liersch (Rudy)
Distribución: Cines Unidos