SINOPSIS
Basado en la historia real de los Pelayo, una familia que consiguió su fortuna haciendo saltar la banca de los grandes casinos de todo el mundo.
REFERENCIA

El barcelonés Eduard Cortés se ha movido entre el cine y la televisión, siendo aclamado por sus producciones tanto para uno u otro medio. En cine, con una filmografía conformada por cinco largometrajes –entre otras películas y series para la televisión- desde su ópera prima, La vida de nadie (2002) (*), hasta su más reciente producción ¡Atraco! (2012), pasando por Otros días vendrán (2005) (*), Ingrid (2009) y The Pelayos (2012), Cortés ha llamado la atención de público y crítica.

The Pelayos, protagonizada por el germano-español Daniel Brühl, acompañado de Lluís Homar, Miguel Ángel Silvestre y Blanca Suárez, está basada en la historia real de la familia de Gonzalo García-Pelayo, que logró desbancar casinos de todo el mundo con un método legal, basado en la imperfección de la ruleta. Su estreno se produjo en el Festival de Málaga de 2012, donde obtuvo la Biznaga de Plata al Mejor montaje, además del Premio Gaudí a la Mejor dirección de producción otorgado por la Academia del Cine Catalán.

Cortés da un salto de los personajes y lugares oscuros y lóbregos de Ingrid, que compitió en el Festival de Sitges, a los ambientes elegantes y ruidosos de los casinos y las apuestas en The Pelayos. Y aunque no le apasionan estos lugares, se había interesado en ellos en los años 90, por las noticias acerca de la insólita familia de los Pelayo que había ideado un método estadístico para vencer en la ruleta de los casinos, que, según sus cálculos, enapenas cuatro años consiguieron ganar 250 millones de las antiguas pesetas (1,5 millones de euros).

Fue en 2006 cuando le propusieron dirigir una historia en torno a esta familia que contó sus experiencias en el libro “La fabulosa historia de los Pelayo” (Plaza y Janés) y, sobre todo, cuando tuvo oportunidad de conocer de cerca a este clan que todavía funciona como tal y que continúa viviendo del mundo de las apuestas: “Me llamaron un día los productores y me dijeron que querían llevar la historia de los Pelayo al cine y me preguntaron si me interesaba el proyecto. Yo dije que sí, que había oído algo de ellos y que me apetecía hacer una película de casinos, pero que debería conocerlos un poco. Así, con el guionista con el que trabajo, nos fuimos a Madrid y estuvimos dos semanas conviviendo con ellos y hasta fuimos al casino (con ellos no porque allí son personas 'non gratas') pero sí con un socio que tenían entonces. Nos fijamos en todos los detalles, en los sanguijuelas... en todo. Volvimos de ese viaje con unas ganas terribles de ser un Pelayo. Eso fue lo que entendimos que debíamos imprimir en la película”. (Fuente: http://noticias.lainformacion.com)

Cortés descubrió así aquello que él persigue con tenacidad: gente normal que esconde algo extraordinario. “¿Cómo puede uno imaginar que ese hombre que compra a diario el pan a tu lado es un tipo que viene de jugar doce horas al casino para poder cumplir un sueño?”

Cortés habla de por qué se interesó en llevar al cine esta historia real: “Me gustó de esta familia su funcionamiento de clan. Cómo durante su aventura por los casinos enviaban a lo que ellos llamaban la flotilla que estaba compuesta únicamente por hijos, primos y sobrinos. Pero más allá de que, evidentemente, buscaban ganar dinero y cuanto más mejor, estaban unidos por la persecución de un sueño, querían demostrar que tenían razón en esa lucha contra los casinos, esa batalla del débil frente al fuerte, esos poderosos estamentos que jugaban con artillería muy pesada, la perseverancia, el ingenio, la creencia incondicional en un sueño que acabaron consiguiendo”. (Fuente: http://cultura.elpais.com)

(*) Películas con información en la sección Archivo.