SINOPSIS
Sonia y Javier llevan varios años viviendo juntos y varios más siendo novios. Pedro y Paula no viven juntos pero sí son novios desde hace varios años. O eran, porque ella se ha enamorado de otro y le dice aquello de «prefiero que seamos amigos». Esta frase, sin duda una de las más duras que puede decirnos alguien en nuestra vida, precipita todos los acontecimientos que se cuentan en esta comedia que habla del amor, del sexo, de la amistad y sobre todo de la mentira. Y es que en esta película los personajes no paran de contar mentiras desde el principio hasta el final.
REFERENCIA
A Emilio Martínez Lázaro (Madrid, 1945) le funcionan los enredos de cama, evidentemente. Desde el bombazo que significó Amo tu cama rica (1991), protagonizada por Ariadna Gil, hasta esta exitosa cinta, El otro lado de la cama (2002) rodada 11 años después también con jergones de por medio y que fue recibida por el gran público con mucho más entusiasmo que por la crítica.

El niño educado en los jesuitas iba para ingeniero industrial, pero su pasión cinéfila no le dio opción a dedicarse a otra cosa que no pasara antes por el ojo de la cámara. Comenzó como crítico en revistas especializadas mientras se volcaba en el cine independiente en 16 mm. Su primer corto nació con premio debajo del brazo: la Espiga de Oro del Festival de Valladolid en 1970 por Camino al cielo. A los 25 años este galardón le sirvió para entrar sin titubeos en el mundo del cine. Desde entonces alternó algunos trabajos televisivos, guiones para películas y la dirección de sus propios proyectos. En 1978 ganó el Oso de Oro del Festival de Berlín con Las palabras de Max, una coproducción venezolano-española, nunca estrenada en Venezuela.

En 1985 realizó una de sus mejores películas, Lulú de noche, con un plantel de lujo encabezado por Imanol Arias, Antonio Resines y Amparo Muñoz. Los peores años de nuestra vida (1994), Carreteras secundarias (1997) o La voz de su amo (2001) forman parte esencial de su filmografía.

Martínez Lázaro es todo un experto en asuntos relacionados con el corazón y sus diversas patologías. Se ha especializado en todo tipo de comedias sentimentales que hablan de la lucha de sexos, casi siempre protagonizadas por gente joven. De esta forma ha conseguido que el amor, los celos y sus múltiples variantes queden plasmados en la gran pantalla en películas como El juego más divertido (1988), Amo tu cama rica, Los peores años de nuestra vida o la más reciente El otro lado de la cama, un musical moderno en el que los actores interpretan, además, temas de músicos españoles de las últimas dos décadas, a la manera de Woody Allen en Todos dicen I Love You

"No son profesionales porque no hace falta", justifica Martínez-Lázaro. "A mí, Julia Roberts o Woody Allen, que tararean espantosamente en Todos dicen I Love You, me llegan mejor que Fred Astaire. Los actores de mi película debían interpretar las canciones, no cantarlas", apunta. "Utilizar canciones antiguas tipo Luis Aguilé le hubiera dado un aire ‘kitsch’, como de broma pesada –manifiesta el realizador–. Así que el guionista David Serrano y yo nos tiramos meses revisando el cancionero de la época en la que crecieron los personajes". La banda sonora recoge temas tan contagiosos como el "Salta" y "Dime que me quieres" de Tequila, el mítico "Las chicas son guerreras" de Coz y canciones de Mastretta, Los Rodríguez, Coque Malla y Kiko Veneno. Martínez-Lázaro jamás pensó en utilizar música en inglés, "porque las letras debían entenderse".

El otro lado de la cama fue el film más taquillero en España en el año 2002.