DIRECTOR

Caupolicán Ovalles

Braulio Fernández es un soldado que durante la Guerra de Independencia venezolana cae prisionero en batalla, y en trance de muerte pasa de las filas del Ejército Patriota a servir en las tropas realistas. Tras la firma de un armisticio, Braulio es acantonado en Caracas donde conoce a Lucía, cuya familia en su mayor parte ha muerto en la guerra, y quien junto a Honoria, una joven esclava negra, vende víveres en las cercanías del cuartel, actividad que es sólo una fachada, ya que ella y su hermano menor, Marcos, forman parte de una red de espías al servicio de los patriotas, junto con un grupo de saltimbanquis encabezado por un gitano, Casimiro, que viaja de pueblo en pueblo. DISPONIBLE EN LA PLATAFORMA PELÍCULAS DE IMPACTO. 

Caupolicán Ovalles estudió cine y televisión en Italia y en Venezuela se ha desempeñado en varias actividades en diversas producciones audiovisuales nacionales e internacionales. Memorias de un soldado (2012) es su primer largometraje como realizador y está basado en la autobiografía de Braulio Fernández, un soldado que peleó tanto en las filas patriotas como en las realistas. Este relato fue rescatado en 1895 por Víctor Manuel Ovalles (bisabuelo del propio cineasta), y luego publicado en 1967 por la familia Ovalles en ocasión del sesquicentenario de la batalla de Boyacá, bajo el título “Alto esa Patria hasta Segunda Orden”.

"Es una historia que nace de una investigación que inició mi bisabuelo hace 140 años que fue a buscar los últimos testimonios de los soldados que había luchado en la Guerra de Independencia y en la Guerra Federal, consiguió un libro que se mantuvo en mi familia y mi padre (Caupolicán Ovalles) lo publica en 1967. Esta es una historia no de héroes sino de gente", destaca el director (*).

Ovalles explicó que trabajaron durante tres meses para que los actores se ubicaran espacial y temporalmente en el contexto de la historia: aprendieron a montar, a pelear siguiendo el ejemplo de la lucha del garrote larense, revisaron los periódicos de la época y se adentraron en los libros sobre esos años de la lucha independentista.

"Tuvimos que investigar bastante para saber cómo era la gente de esa época que había pasado 10 años de guerra; personas que le habían matado a un amigo, al papá, a la mamá, a su familia, que tenían una coraza muy fuerte para sobrevivir en un país que pasó de un millón de habitantes a 600 mil", explica Ovalles (*).

También fue cómo fue el manejo de la información de lo que sucedía durante esa época: "Creo que la mayoría no sabía lo que estaba pasando, a veces luchaban sin saber qué defendían... había más confusión que unión. Gracias a la astucia de Simón Bolívar que creó el Correo del Orinoco, se logra cohesionar a la gente", comentó (**).

La película es una coproducción con la Villa del Cine, y cuenta también con financiamiento del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC).

El realizador opina que precisamente una de las cosas más importantes de la película es ver la guerra de Independencia desde la óptica de un héroe anónimo, "un soldado que fue patriota, cae prisionero, pasa al ejército realista y luego vuelve por sus convicciones" (**).

Caupolicán Ovalles habla de la importancia del cine histórico. "Yo lo comparo con la gente, si sabes de dónde vienes, sabes para dónde vas... la Historia te permite ver los errores y aciertos, preguntarte '¿si lo hicimos, por qué lo repetimos?'". (**)

El director trata de evitar la sacralización de los héroes, rasgo tan frecuente en la historiografía tradicional venezolana. "A mis actores les dije: 'Traten de no sentirse en una película histórica', 'no declamen', 'no estamos en un pedestal', 'somos gente a la que le suceden cosas como a los demás'". (**)

(*) Fuente: www.avn.info.ve

(**) Fuente: www.eluniversal.com