En la Cuba de finales de los años cuarenta, Chico y Rita inician una apasionada historia de amor. Chico es un joven pianista enamorado del jazz y Rita sueña con ser una gran cantante. Desde la noche que el destino los junta en un baile en un club de La Habana, la vida va uniéndoles y separándoles, como a los personajes de un bolero.
REFERENCIA
En la variada filmografía de Fernando Trueba (Madrid, 1955) su largometraje número 14 es un film de animación, Chico & Rita (2010), un género hasta ahora inexplorado por el autor de Belle Époque (1992), ganadora
de un Oscar. No era de extrañar esta exploración después de pasearse por la comedia romántica (Two Much, 1995), la comedia de época (La niña de tus ojos, 1998), los documentales musicales (Calle 54, 2000 y El milagro de Candeal, 2004) o las adaptaciones literarias (El embrujo de Shanghai, 2002 y El baile de la victoria, 2009).
Trueba codirige Chico & Rita con Javier Mariscal, artista y diseñador de amplia y reconocidísima trayectoria en España, y también junto al hermano de éste, Tono Errando. Ambos hermanos incursionan por primera vez en un proyecto de esta envergadura.
Trueba conoció a Javier Mariscal en 2000 cuando le encargó el cartel y la creación gráfica para su documental sobre el jazz Latino Calle 54. A partir de allí, comenzó una fructífera colaboración: Mariscal realiza el interiorismo de la Sala Calle 54 Club en Madrid y diseña toda la imagen gráfica relacionado con la discográfica de Trueba, Calle 54 Records. La idea de hacer un largometraje de animación surgió de uno de los vídeos, “La Negra Tomasa”, del músico cubano Compay Segundo.
Tono Errando, uno de los cuatro hermanos que trabajan en el Estudio Mariscal en Barcelona, con formación en la música, el cine y la animación, se encargó del lado audiovisual de la empresa y fue la elección lógica a la hora de unir las energías creativas de Trueba y Mariscal. Dice Errando: "Trueba nunca había hecho animación y Mariscal nunca había realizado una película. La cuestión era: ¿cómo podíamos trabajar de manera que pudiésemos aprovechar al máximo sus talentos?"
Chico & Rita: La chispa creativa
Desde el principio, estaban entusiasmados con la idea de hacer una película sobre la música que existía en La Habana durante el final de los años cuarenta y cincuenta. "Ese período es precioso por su diseño y arquitectura, y eso lo convierte en parte del mundo de Mariscal", dice su hermano. "Musicalmente, es una época dorada durante la cual talentos cubanos se unen a talentos anglo-sajones. Esta fusión cambió la música de la época".
Pero a pesar de su conocimiento enciclopédico y su enorme entusiasmo por la música cubana de este período, fue Trueba el que insistió en que esto debería ser el trasfondo y no la historia. Comenta Mariscal: “Yo le dije: esto puede estar muy bien, la historia de los músicos. El contestó que no, que era meramente el contexto y nada más, que deberíamos concentrarnos en que el guión fuese una historia de amor. Es decir un clásico: una chica y un chico. Ella es una cantante y él un pianista. Como un bolero. Los boleros para los latinos son historias de amor terribles del tipo: no volveré a besar porque has besado los labios de otro. Son siempre de este tipo”. Trueba continúa: “Para mí, Chico & Rita es una canción, una canción romántica, un bolero. Es la historia de dos personas jóvenes en Cuba al final de los años cuarenta y la manera en que la vida les une y separa como en una canción. Es una película llena de música, amor, sensualidad y color”.
Antes de poder comenzar a dibujar las numerosas localizaciones de interiores y exteriores en Cuba, Mariscal realizó un intenso viaje de investigación. Aunque el estancamiento económico del régimen castrista ha evitado que La Habana fuese transformada por el rápido desarrollo que se ha visto en la últimas cinco décadas, muchos de los edificios están deteriorados por el paso del tiempo. Los realizadores se toparon con un tesoro inesperado al descubrir que el gobierno de la época había preservado un archivo de fotografías de cada una de las esquinas de La Habana a partir de 1949, “que coincidía con la fecha de arranque de nuestra historia”.
A pesar de que es un largometraje de animación, los co-directores se pasaron cuatro semanas filmando en La Habana, lo cual resultó inestimable por dos razones. Explica Trueba: “Puedes darle la información óptica sobre los movimientos de los actores a los animadores y también puedes crear movimientos con la cámara más orgánicos, más humanos.” Pero reconoce que se resistía inicialmente. “Pensaba, estoy realizando una película de animación por una vez, no necesito trabajar con actores. Fue Tono el que me convenció de que debía hacerlo y tengo que reconocer que tenía toda la razón”.
El pianista, líder de orquesta, compositor y arreglista cubano Bebo Valdés estaba viviendo en Estocolmo cuando Trueba reintrodujo su música a un público internacional con su documental Calle 54. Trueba está de acuerdo en que las fotos del guapo y joven Valdés le sirvieron a Mariscal como inspiración para la conceptualización física de Chico, aunque afirma que el personaje no está basado en el músico.
Guion: Fernando Trueba e Ignacio Martínez de Pisón
Producción: Santi Errando, Cristina Huete, Martin Pope y Michael Rose
Montaje: Arnau Quilles
Música: Bebo Valdés
Distribución: Séptimo Films