SINOPSIS
Rufino, un señor de 71 años, queda viudo y decide volver al pueblo donde conoció a su esposa, en la costa venezolana. Allí se reencuentra con sus paisajes y su gran amigo Gaspar, pintor que se ha hecho cargo de una pequeña niña huérfana de ocho años llamada Ana-E, con quien Rufino se verá obligado a permanecer bajo el mismo techo, a pesar de su hostil convivencia. La soledad de estos personajes los enfrenta, iniciando trazos hacia un nuevo camino para superar el abandono.
REFERENCIA

Ópera prima de la cineasta venezolana Andrea Ríos, novel realizadora conocida por sus trabajos anteriores en los que figuran cuatro cortometrajes y el segmento Gregoria que formó parte del largometraje 1, 2 y 3 mujeres, estrenado en 2008, en el que también figuraron otros dos cortometrajes dirigidos por Andrea Herrera y Anabel Rodríguez.

El guión de Una mirada al mar (2011), fue el resultado de la I Convocatoria de Ideas para el Desarrollo de Guiones realizada por la Villa del Cine en 2007, en el que la guionista Maria Nela Alas es seleccionada para participar con el proyecto Una mirada al mar, en la jornada de Taller de Escritura de Guión; etapa de la convocatoria que alcanza y supera cuando la Villa del Cine elige el guión para producirlo.

La película se rodó en su mayor parte en el litoral central venezolano, ambiente donde trascurre la historia, entre fiestas folclóricas, un calor constantemente sugerido y los intensos colores del mar, la arena, el cielo y la vegetación del paisaje costero.

La película hace una muy ligera referencia a la tragedia de Vargas y, al igual que otra cinta venezolana estrenada este año, El chico que miente, buena parte del elenco está integrado por infantes.

Acerca de la ya tradicional advertencia de lo que significa el trabajo con niños, Andre Ríos se defiende: “Yo vengo de hacer varias películas (cortometrajes) con niños. Gabrieska<&v> es un documental que yo hice con niñas y niños. Luego vino Rigoberto (2005), también con la participación de niños. Después Katuche (2007), que no es con niños, y 1, 2 y 3 mujeres, que igualmente fue con niños. Entonces ya tengo una experiencia con ellos. Además, tuve el tino de aceptar a Rossana Fernández como coach de actores infantiles. La gente dice que es difícil, pero creo que es muy fácil, porque ellos no tienen prejuicios. Para ellos la actuación es algo de juego, y por ahí es que hay que conectar con ellos. Con los niños, los adultos tenemos que desaprender para volver a aprender”.

Finalmente la realizadora explica cómo fue el proceso de selección y el trabajo con los niños: “Entre Rossana (Fernández) y yo hicimos el casting y planificamos cómo iba a ser el trabajo de ensayo. Trabajamos con los niños unos dos meses, tres veces a la semana. La planificación incluyó conocerse entre ellos mediante la pintura y juegos. Hubo ensayos con los adultos y los filmamos para verlos luego y para que ellos se vieran a sí mismos. (…) En un principio a los niños no se les dio el guión para que no lo leyeran. Se les dio a los padres para que aceptaran o no. Después de los ensayos elegimos quién iba a hacer qué papel, y fue cuando seleccionamos a Yucemar para hacer Ana Elena. Eso fue como a la cuarta semana de estar trabajando con ellos. (Fuente: Diario Correo del Orinoco, lunes 20 de junio 2011)

Una mirada al mar participó en la VIII edición del Festival del Cine Venezolano, Mérida 2011.