DIRECTOR

Erik Poppe

Un joven llamado Jan Thomas es liberado de prisión luego de cumplir una condena de ocho años por el asesinato de un niño. Es una persona con grandes dotes para el órgano, y consigue empleo en una iglesia donde conocerá a Anna, madre soltera y pastora del lugar. La relación de Jan Thomas con Anna se volverá cada vez más intensa, y también el afecto del joven por el pequeño hijo de ella. Un día, Jan Thomas recoge al niño en el kindergarten. Por un momento el joven se distrae, y el niño desaparece…Agnes, quien está casada con Jon, es maestra de escuela y visita una iglesia, allí reconoce al joven que fue condenado por la muerte de su pequeño hijo, años atrás.

El realizador, guionista y director de fotografía, Erik Poppe (Oslo, 1960) estudió en la Universidad de Cine, Radio, Televisión y Teatro de Estocolmo y comenzó su carrera como fotógrafo en el periódico Verdens Gang. Poppe es realizador de spots publicitarios, de cortometrajes y documentales y fue el director de fotografía del primer film de Bent Hamer, Eggs (1995).

Su primer largometraje como director fue Schpaaa (1998), historia de una pandilla de jóvenes criminales, a la que siguió Hawaii, Oslo (2004), ganador del premio Amanda al mejor film de ficción noruego y representante de Noruega en los premios Oscar de ese año. Por estos films Poppe ha recibido diversos premios de la crítica al mejor film en diferentes festivales internacionales.

Su más reciente film, Aguas turbulentas (Deusynlige, 2008), es la tercera película de su trilogía ‘Oslo’. El filme cuenta dos historias intensamente dramáticas y conectadas entre sí acerca de personas que deben reconciliarse con su pasado y crear su propio destino. Esta cinta ganó cerca de una docena de premios internacionales, entre ellos dos distinciones ecuménicas y el premio de los críticos noruegos.

Genésis del proyecto:

Originalmente, Erik Poppe quería contar una historia sobre la redención y el perdón. "Considero que es un tema crucial hoy en día, en un momento en que el mundo está lleno de conflictos de todo tipo", dice el director. "Yo personalmente también perdí a alguien cercano en un accidente por culpa de un conductor ebrio. Muchos años después, las mismas preguntas me atormentan: ¿Es que el joven que conducía ha cambiado con los años? ¿Ha medido la tragedia que representó la pérdida de una familia? ¿A qué llegará mi encuentro con este hombre y qué efecto tendría sobre nosotros dos?”.