SINOPSIS
En lugar de espantar a los aldeanos como él solía hacerlo, un recluido Shrek ahora accede a autografiar horcas. Anhelando los días cuando se sentía un "ogro real", Shrek es embaucado al firmar un pacto con el afable negociador Rumpelstiltskin, que le ofrece volver por un dia a los viejos tiempos a cambio de un dia de su vida. El problema es que el dia escogido por Rumpelstiltskin es el dia en que Shrek nació (y por lo tanto crea un nuevo mundo donde Shrek no existe ni existió). De pronto Shrek se encuentra en una retorcida versión alterna de Muy Muy Lejano, donde los ogros han sido perseguidos hasta su casi total extinción y Fiona es la lider del grupo caza-ogros, Rumpelstiltskin es el rey con un ejército de brujas a sus órdenes, Burro nunca ha conocido a Shrek y le tiene miedo, el Gato con Botas es obeso y perezoso, Shrek y Fiona no se conocen (y Fiona no le aguanta) y Lord Farquaad sigue vivo.
REFERENCIA

Los films de animación de los estudios DreamWorks han sido los más fervientes competidores de la dupla Disney-Pixar, y aunque han conseguido algunos éxitos memorables (Madagascar o Kung Fu Panda) para muchos son productos que no alcanzan el pedigrí de, por ejemplo, Toy Story, Wall-E, Buscando a Nemo o Up.

Shrek (2001) de Andrew Adamson y Vicky Jenson, es quizás el título más emblemático de la factoría DreamWorks, una inteligente y divertida parodia de los cuentos de hadas clásicos celebrada unánimemente por público y crítica. Este inicio auguraba una saga que debía ser la respuesta a la de los muñecos que cobran vida de Disney-Pixar. Pero no ocurrió lo mismo con Shrek 2 (Andrew Adamson, Kelly Asbury y Conrad Vernon, 2004) y, menos aún, con Shrek Tercero (Chris Miller y Raman Hui, 2007), caracterizada por una desangelada acumulación de chistes y gags que despertó poco entusiasmo, al menos en buena parte de la crítica. Por eso fue quizás que los creadores decidieron realizar este cuarto capítulo, Shrek para siempre (Shrek Forever After, 2010) en el que al parecer se han dedicado a corregir los errores de las dos anteriores entregas.

No obstante los aspectos criticados, la serie, que ha generado más de mil millones de dólares en todo el mundo con los tres episodios, también ha experimentado un aumento constante de presupuesto para cada nueva aventura. Así pues, cuando Shrek 2, por ejemplo, había costado "sólo" $ 60 millones, esta última entrega excede los $175 millones y muestra cómo DreamWorks quiere hacer de esta gallina de los huevos de oro un producto altamente rentable. De hecho, a la fecha la cinta lleva acumulados, sólo en el mercado norteamericano, unos $210 millones.

Este hasta ahora cuarto capítulo – la posibilidad de un quinto parece estar descartada- lo dirige Mike Mitchell conocido por Surviving Christmas (2004), con Ben Affleck y James Gandolfini, y también por Super escuela de héroes (Sky High, 2005), una película producida por Disney. Por tanto, se trata de un director de comedias familiares, que firma aquí su cuarto largometraje para el cine. Mitchell también había trabajado en Shrek Tercero, en el departamento de animación.

En el primer episodio, el ogro Shrek aprende a amar. En el segundo, descubre la vida en familia, mientras que en el tercero asumía sus responsabilidades como padre y esposo. Esta cuarta parte se centra en la siguiente pregunta: ¿Shrek podía tener otra vida?

Los guionistas se imaginaron una intriga partiendo del postulado según el cual Shrek es ahora un feliz padre de familia que se ha aburguesado: ya no asusta a nadie y es amado por todos, aunque conserve su personalidad original. Así que después del salto a un nuevo mundo paralelo el personaje se ve obligado a cuestionar su destino y su identidad. En este sentido, esta nueva historia puede ser asumida como una especie de conclusión de las aventuras del famoso ogro verde.

Pero si bien es cierto que en esta realidad alternativa los conocidos personajes de la saga son transportados a un contexto direferente al de los otros episodios, los seguidores no deben tener miedo pues ninguno ha perdido sus rasgos originales, ya que el Burro sigue siendo divertido, mientras que el Gato con Botas, a pesar de tener unos kilos de más, no ha perdido un ápice de su astucia.

Por otro lado, es bien sabido que el universo habitual de Shrek rebosaba de colores tan variados como luminosos. En esta ocasión, se da paso a una estética caracterizada por tintes más bien apagados y fríos. Este Reino alterno, a donde son impulsados nuestros héroes, entra en conflicto con los paisajes verdes y la magia propia del mundo original de Shrek. "El público estaba acostumbrado a ver a Shrek moverse en hermosas praderas cubiertas de árboles, pero en la realidad alternativa esta luz verde da paso al amarillo y al ocre", informa el director de arte Pedro Zaslav.