DIRECTOR
SINOPSISJacques Doillon
Una chica de alrededor de veinte años decide ponerle un poco de emoción a su vida anónima, grisácea, solitaria. Decide, para esto, salir y encontrar una pareja, pero no necesariamente la más adecuada (ni la más atractiva, ni la más interesante) sino cualquier persona que venga bien para lo que ella anda buscando, que no es mucho.
REFERENCIA
Fan de los westerns desde pequeño, estudiante deslumbrado por el descubrimiento de las películas de Bresson y Dreyer, Jacques Doillon (París, 1944), de origen modesto, creía que el mundo del 7mo. Arte le era inalcanzable. Mientras se perfila una carrera como asegurador, realiza una pasantía de seis meses en un laboratorio de cine. Pronto se convierte en editor asistente en las películas de Robbe-Grillet y Reichenbach. Desde finales de los 60, paralelamente a su trabajo como editor, rueda varios documentales de encargo sobre temas tan variados como los circuitos de moto o el mundo del campesinado.
El primer cortometraje real de Doillon, On ne se dit pas tout entre époux (1971), es una adaptación de un cómic. Luego, el cineasta y el artista Charlie Hebdo colaboran en el largometraje L’an 01, film-manifiesto impregnado del espíritu del Mayo del 68, rodado en blanco y negro y en 16 mm. En 1974 rueda una segunda película más personal, Les doigts dans la tête, las desventuras sentimentales y profesionales de un aprendiz de panadero, saludada por el mismísimo François Truffaut.
Cuando Maurice Pialat declina la oferta de Claude Berri de rodar Un sac de billes (1975), es precisamente Truffaut el que sugiere al productor el nombre de Doillon. Después de este éxito comercial, el realizador se encauza a proyectos más insólitos, realizando en 1978, La femme qui pleure y La drôlesse (Premio Cine Joven en Cannes 1979), dos películas que representan una obra que se centra en los estudios de pareja en crisis y la exploración del mundo de la infancia y la adolescencia. Si bien le gusta trabajar con actores principiantes (incluyendo las futuras estrellas como Juliette Binoche y Judith Godrèche), este autor también exige la colaboración de actores veteranos, como Jane Birkin, su compañera durante doce años, protagonista de tres películas suyas, incluyendo La pirate, que que sacude la Croisette en 1984, o el dúo Isabelle Huppert-Béatrice Dalle (La vengeance d’une femme, 1988).
Muy prolífico en los años 80 y 90 (una película por año en promedio), apoyado por gran parte de la crítica, el cineasta consigue el favor del público en 1990 con Petit criminel (premio Louis-Delluc), sensible retrato de un joven delincuente en busca de su hermana. En el cine de Jacques Doillon se puede encontrar el interés por el teatro (La puritaine, 1986), en donde se percibe un especial cuidado al lenguaje; las bellas barriadas como fondo (Le Jeune Werther, 1993), los jóvenes citadinos (Petits frères, 1999); los amores de Benjamin Constant y Germaine de Staël (Du fond du cœur, 1994); o incluso el protagonismo de una niña de 4 años (la muy audaz Ponette, que crea controversia en Venecia en 1996). En la década de 2000, la intransigencia de Doillon, objeto de una retrospectiva en la Cinemateca en 2006, ha hecho que cada vez sea más difícil financiar sus películas: cinco años separan Raja (filmada en Marruecos en 2003) de El primero que llegue (Le premier venu), una nueva variación del tema de los caprichos de amor, presentado en Berlín en 2008.
Sobre el mismo tema (el amor y sus complicaciones), Jacques Doillon rueda al año siguiente Le mariage à trois, en el que se reeencuentra con Pascal Greggory, siete años después de Raja.
El primero que llegue es la continuación perfecta de las líneas exploradas por el cine de su autor desde hace ya casi cuarenta años: el trabajo minucioso de los diálogos, la tensión milimétrica entre los gestos, las miradas y las palabras que engloban ese mundo cómicamente dramático de los personajes doillonianos por excelencia.
El punto de partida de la película es Camille, el personaje femenino. Doillon, explica: "Ella es el centro. Incluso si sus contornos son algo confusos. Es su ligereza lo que me interesaba. Declaro que no puedo trabajar sobre un escenario en el que no veo claridad cuando estoy intrigado por algo o alguien que se escapa en parte (…). Camille sabe muy bien quién es y lo que quiere. Su deseo es muy preciso y ella lo expresa con toda claridad (...) Camille es alguien a quien amo mucho, sólo por ella valía la pena hacer la película". El realizador continúa: "El lado andrógino de Camila, con la ropa ocultando toda feminidad, es perfecto. Ella es una persona, un ser humano antes de ser una mujer. Cualquier acotación sexual demasiado marcada habría jugado en su contra y contra la película. Definitivamente el encuentro con Clementine (Beaugrand), que interpreta a Camille, fue decisivo. Podría haber sido una buena Camille en la vida real".
FUNCIONES:
GALERíA DE FOTOS:
FICHA TÉCNICA:
Guion: Jacques Doillon
Producción: Serge Zeitoun
Fotografía: Rubén Belfort
Montaje: Marie Da Costa
Intérpretes: Clémentine Beaugrand (Camilla), Gérald Thomassin (Costa), Guillaume Saurrel (Cyril), Gwendoline Godquin (Gwendoline)
Distribución: Embajada de Francia (Copia en DVD)
Guion: Jacques Doillon
Producción: Serge Zeitoun
Fotografía: Rubén Belfort
Montaje: Marie Da Costa
Intérpretes: Clémentine Beaugrand (Camilla), Gérald Thomassin (Costa), Guillaume Saurrel (Cyril), Gwendoline Godquin (Gwendoline)
Distribución: Embajada de Francia (Copia en DVD)