SINOPSIS
Ambientada en California del sur durante el turbulento periodo de la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos, la casa de las hermanas Boatwright, unas inteligentes e independientes apicultoras, se ve de repente puesta patas arriba con la irrupción de la joven de catorce años de edad Lily Owens y su cuidadora Rosaleen. Rodeada de la inesperada comodidad, afabilidad y honda espiritualidad que Lily encuentra en el hogar de las hermanas Boatwright, la joven crea un lazo maternal con cada una de esas mujeres cuyas singulares y especiales dotes le ayudan a superar la muerte de su madre. Lily llega al final a darse cuenta de que a veces hay que dejar el hogar para poder realmente encontrarlo.
REFERENCIA

Gina Prince-Bythewood (1969) estudió en la Escuela de Cine de la UCLA, siendo una de las alumnas más destacadas. Inmediatamente al graduarse en 1991, fue contratada como libretista de la serie de televisión "A Different World" (1992-93) y continuó escribiendo para series como "Felicity" (1998), "South Central" (1994), "Courthouse" (1995), y "Sweet Justice" (1994), antes de pasarse a la dirección.

Debuta como directora primero en la television, pero su largometraje Love & Basketball (2000) fue estrenado en el festival de Sundance de ese año y ganó el Independent Spirit Award a la Mejor opera prima y el Premio Humanitas. Otro destacado crédito como directora es el film para HBO Diappearing Acts (2000).

Sabor a miel (The Secret Life of Bees, 2008) es el segundo largometraje de Prince-Bythewood y fue un proyecto que empezó su gestación cuando la productora Lauren Shuler Donner leyó por primera vez la novela en que se basa la película “La vida secreta de las abejas”, de Sue Monk Kidd. Conmovida por la historia del intento de una joven por encontrar su autoestima y su búsqueda de una familia, la premiada productora se comprometió a llevar esta compleja y fascinante novela a la pantalla grande.

Que se tratase de una película de época ambientada en el trasfondo del movimiento de los derechos civiles, y tuviera una protagonista adolescente y un reparto multirracial, la convertía para la productora no sólo en un reto, sino también en un trabajo de amor. Pero dado que la novela había logrado captar la atención de millones de lectores en todo el mundo, Shuler Donner creía que los temas universales presentes en la película podían resultar igual de impactantes para los espectadores de cine.

A pesar de estar detrás de grandes éxitos como el de la franquicia de X-Men; la película nominada al Oscar Dave (1993), Tienes un e-mail (You’ve Got Mail, 1998) y la franquicia de Liberen a Willy (Free Willy, 1993 y Free Willy 2, 1995), Shuler Donner estaba entusiasmada con el proyecto de bajo presupuesto que representaba Sabor a miel y unió fuerzas con el productor Joe Pichirallo, quien se hizo con los derechos de la novela mientras era ejecutivo senior en Fox Searchlight. Pichirallo era jefe de producción cinematográfica y desarrollo de Overbrook Entertainment cuando llevó el proyecto con Shuler Donner a James Lassiter, el productor y manager que creó Overbrook Entertainment con el actor Will Smith en 1998. Juntos, Shuler Donner, Lassiter y Pichirallo, empezaron luego a buscar a un guionista que pudiera reflejar todos los matices de la novela en la pantalla, y también a un director que pudiera manejar una historia tan delicada y a la vez compleja. La solución la hallaron en la guionista y directora Gina Prince-Bythewood.

Seis años antes, le habían enviado a Prince-Bythewood la novela y en esa época, estaba demasiado exhausta para leerla tras dirigir las ya señaladas Love & Basketball y Diappearing Acts. A lo largo de los años siguientes, su familia y diversos amigos le hablaron maravillas del libro y cinco años más tarde Prince-Bythewood lo leyó finalmente, pero por entonces los productores ya habían movido ficha. “Tras leerlo”, recuerda, “entendí todo el revuelo que se había montado con el libro y me quedé muy perturbada por haber perdido la oportunidad de participar en el proyecto”. Sorprendentemente, unos meses más tarde el proyecto inicial no llegó a buen puerto y llegó de nuevo a sus manos para su consideración. Los productores se reunieron con un montón de guionistas y directores que quería hacer el proyecto, pero el que más les atrajo fue el enfoque que planteaba Gina con respecto a la adaptación del libro.