DIRECTOR
SINOPSISAndré Téchiné
París, verano de 1984. Manu llega a París, donde comparte una habitación de hotel barato con su hermana Julie, y entabla una alegre y casta amistad con Adrien, un adinerado doctor cincuentón que le abre los ojos a Manu a una forma de vida diferente. En una salida en lancha, Adrien le presenta a Manu a Sarah y Mehdi, una joven pareja que acaba de tener a su primer hijo. Un romance no planeado y el principio de la epidemia de SIDA, vista por los medios de comunicación y la imaginación colectiva como una plaga moderna vergonzosa, alteran la ordenada tranquilidad de sus destinos individuales. Cada uno se convierte en protagonista y testigo de una tragedia contemporánea, en la que aquellos que no mueren pueden resurgir más fuertes, pero nunca sin sufrir daños.
REFERENCIA
Los testigos (Les témoins, 2007) formó parte de la selección oficial del Festival de Berlín, un festival al que André Téchiné había asistido con su anterior película Otros tiempos (Les temps qui changent, 2004).
Este nuevo drama cuyo argumento se ubica a mediados de los años 80, teniendo como fondo el tema de la difusión del Sida como pandemia mundial, representa una nueva colaboración entre el realizador y la actriz Emmanuelle Béart con la que había trabajado en J’embrasse pas (1991) y más recientemente en Fugitivos (Les egarés, 2003).
A continuación transcribimos extractos de una entrevista con el realizador:
- ¿Comenzó con la idea de hacer una película sobre el SIDA o hay alguna persona o acontecimiento en su vida que le haya inspirado?
- Obviamente es una mezcla de todo, pero quería hacer una película histórica.
- ¿Por qué otra película sobre la historia del SIDA?
- En primer lugar, porque no ha habido muchas, en Francia al menos. Incluso en Estados Unidos no es que sea un género cinematográfico. Y después porque hay veces en la historia en que un hecho enciende una luz en el colectivo social. Al prestar atención a lo que la gente dice, podemos escuchar lo que afecta no sólo a las personas individuales sino a la sociedad en conjunto.
-¿Así que vuelve a los 80 con gente muriendo de SIDA?
- Sí, porque tengo la sensación de haber escapado de mi destino y eso me hizo hacer esta película. De otro modo, sólo habría una cierta ambición histórica.
- Es una película definida por el tiempo en que transcurre, pero no es un documental.
- Deliberadamente le di la espalda a la estética del documental. Quería una película. Pero es una película basada en la investigación y la documentación.
(…)
- Sus protagonistas masculinos ofrecen tres visiones de la homosexualidad...
- Esa interpretación me parece arbitraria porque no describiría así a los personajes. No puedo aceptar que un personaje sea reducido a su orientación sexual. Escudarse tras una orientación sexual es muy peligroso en este ejemplo concreto. Lo que me interesa es que un personaje se levante y proyecte una sombra, y que esté vivo, como en la vida real.
- Pero es consciente de que subvierte varios tabús que han vuelto desde el pasado a la Francia moderna. Por ejemplo, Mehdi es policía, de origen norteafricano, padre de un niño pequeño, que vive con un novelista adinerado...
- Las situaciones aberrantes y los personajes atípicos creados por Fassbinder o Pasolini son infinitamente más subversivos.
- Pero menos relevantes para el público francés de 2007. En este caso Mehdi es árabe y bisexual...
- En un diálogo sobre el niño, hay una breve alusión a la circuncisión. Eso es todo. Aparte de eso, para mí, el personaje es un teniente de la policía. Elegí a Sami Bouajilah porque es un gran actor. No hay razón para confinar a actores de determinado origen a papeles que reflejen ese origen. Especialmente cuando los policías de origen norteafricano no eran representativos entonces. No había muchos. Sobre su bisexualidad, no tengo ni idea. Sobre todo, creo que es importante considerar estas cosas más allá del marco de la dinámica heterosexual contra homosexual. No sé si para Mehdi, su affaire con Manu es la primera o la última vez. No sé si ha estado con otros chicos o lo volverá a hacer en el futuro. No creo en la transparencia de las relaciones humanas, ni en la transparencia del director en relación con los personajes que retrata. Yo los muestro en un cierto momento de sus vidas pero es la punta del iceberg. El resto, incluso aunque veamos destellos, se deja a la imaginación de cada persona en el público.
- Su visión de la pareja formada por Mehdi y Sarah es inquietante en una época en la que la pareja es lo standard. Y aquí tenemos una mujer cuya respuesta, cuando su compañero le dice que deberían probar la fidelidad es, "te quiero demasiado para eso. Me sentiría enjaulada, especialmente con un conquistador como tú".
- Tenía un modelo para ellos. Pensé en una pareja que se daba mucho espacio, que tenía un pacto no exclusivo ni posesivo. Pero las cosas no son siempre tan racionales en una pareja. Después de lo que pasa entre Mehdi y Manu, las líneas son borrosas. La forma en que Sarah imagina el affaire de Mehdi, que la excluye, podría ser interpretada como una forma de apropiarse de él y de vengarse. Mehdi lo cree así y así lo dice, pero no quiero meterme en psicología. En la última parte de la película, pienso que la relación con Manu hace que el nexo entre ellos sea inquebrantable. Creo que va más allá de que estén más o menos cerca. Es algo sobre distintos momentos. Sería erróneo pensar que el pacto de infidelidad es inexpugnable. Su pacto es sólo humano, y por tanto, relativo. Podría ser una forma de protegerse.
- En ese sentido, ¿diría que la película examina un tipo de libertad que estuvo ahí desde los 70 hasta los primeros 80, antes del SIDA?
- Sí, esos son los que yo llamo "los días felices", que es el título de la primera parte de la película. La libertad sexual permitió a la gente experimentar con las relaciones en un modo armonioso, sin vergüenzas y sin una discusión constante. Se podía experimentar sin sentimientos de culpa. Estábamos a años luz del puritanismo y la pornografía, que son dos caras de la misma moneda.
- ¿No destaca la película el hecho de que la sociedad moderna ha perdido la calma y ha caído de nuevo en valores tradicionales?
- No sé. No soy un teórico. Hago películas sobre lo que creo que es importante. Lo que es cierto de esta película y de cualquier otra, es que cuestiona el bien y el mal. ¿Y quién decide lo que está bien y lo que está mal hoy en día? Los médicos y los abogados. Desde que surgió el SIDA, la clase médica capituló en cuestiones de moralidad, por lo que sólo nos quedan las leyes, y su brazo ejecutivo es la policía. Por eso parecía tan obvio tener un médico y un policía en la película.
(…)
Fuente: www.lostestigos.es
FUNCIONES:
GALERíA DE FOTOS:
FICHA TÉCNICA:
Guion: André Téchiné, Laurent Guyot y Viviane Zingg
Producción: Saïd Ben Saïd
Fotografía: Julien Hirsch
Montaje: Martine Giordano
Música: Philippe Sarde
Intérpretes: Michel Blanc (Adrien), Emmanuelle Béart (Sarah), Sami Bouajila (Mehdi), Julie Depardieu (Julie), Johan Libéreau (Manu), Constance Dollé (Sandra), Lorenzo Balducci (Steve)
Distribución: Embajada de Francia / 35 mm
Guion: André Téchiné, Laurent Guyot y Viviane Zingg
Producción: Saïd Ben Saïd
Fotografía: Julien Hirsch
Montaje: Martine Giordano
Música: Philippe Sarde
Intérpretes: Michel Blanc (Adrien), Emmanuelle Béart (Sarah), Sami Bouajila (Mehdi), Julie Depardieu (Julie), Johan Libéreau (Manu), Constance Dollé (Sandra), Lorenzo Balducci (Steve)
Distribución: Embajada de Francia / 35 mm