Para Marlon Moreno actuar es una experiencia que ha vivido en dos etapas, a lo largo de las cuales fue cambiando su concepción acerca de lo que significa. Las críticas de actores y gente del medio sobre la forma en que asumía sus personajes lo llevaron en otra búsqueda: “Digamos que antes buscaba unos puntos de identidad, ahora ya no tengo miedo de perderme en el personaje que estoy interpretando, en su universo, en ese mundo que a veces me parece mucho más atractivo que la misma realidad”, explica.

Desde hace cerca de cinco años empezó a sentir que la forma de entender la actuación cambió en él y es algo que se ha acelerado en los últimos meses en su interior y cada vez se extravía más en esos mundos: “Cuando estaba más joven lógicamente quería la fama; luego quise el respeto del medio, pero hoy por hoy lo que realmente quiero es llegar al fondo de mis sensaciones con respecto a entregar un trabajo honesto, realmente consciente y concienzudo de lo que es el personaje, de lo que vive, de crearle todo un universo que lógicamente vaya de la mano con lo que el director quiere contar en su película”.

Un narco con sello propio

Cuando empezó a trabajar en ‘Fernando’, en Amores peligrosos, tanto a él como al director Antonio Dorado los invadió la inquietud de marcar una diferencia con otros personajes que Moreno ya había realizado dentro de ese género gánster. Éste debía ser diferente, además, porque si bien la película se enmarca en esa etapa que vivió Cali hacia 1989, el foco está en los amores y pasiones de los personajes: “Con las primeras lecturas le fui comentando al director que sentía este hombre ‘enconchado’ y empezamos a trabajar una actitud corporal casi de joroba, propia de quien no quiere ser visto, que se quiere mimetizar con toda la sociedad y no llamar la atención”, explica el actor.

La cinta también supuso algunas escenas de desnudo exigentes, cuyo tratamiento no obstante para Moreno fue poético: “Fueron escenas muy bien cuidadas tanto por el director de fotografía como por Antonio, son momentos que antes que llegar a ofender lo que logran en verdad es una provocación muy bonita y en las que se siente una entrega total por parte de los personajes”.

Sobre Antonio Dorado, director que le dio la oportunidad de llegar al cine, Marlon afirma: “Mi personaje de ‘El Pollo’ en El Rey significó la posibilidad de ser actor de cine, Antonio fue la persona que me dio la oportunidad de demostrar que había algo más que un actor de televisión, y por supuesto que esa película la llevo en el corazón”.

Una historia con su propia salsa

A pesar de que vivió en Cali en 1989, durante la época del narcotráfico, el referente de Marlon Moreno sobre la ciudad es imaginario, pues asegura que paradójicamente nunca conoció o estuvo cerca de alguien inmerso en ese mundo y más bien mantuvo una distancia no buscada, sino normal. 

Cuenta que era común ver fiestas muy grandes pero nunca se interesó en acudir, y también se escuchaban casos de mujeres bellas que iban a discotecas y eran pretendidas por narcos y terminaban violadas o asesinadas junto con sus novios. Todo eso le permitió imaginar cómo eran esos hombres, pero además habló con el escritor Umberto Valverde, quien apreció este universo más de cerca, para preguntarle sobre cómo se comportaban estos hombres: “Mi personaje está basado en alguien que Valverde conoció y que según su relato se sentía realmente muy poderoso, era muy callado y nunca lo escuchó gritar. Además pude ver unos textos suyos, «Quítate de la vía perico», y hablar con otras personas que me aportaron para ir armando el personaje. Siento que en verdad hicimos un trabajo honesto, con toda la conciencia del momento histórico”. 

Amores peligrosos es distribuida por el Circuito Gran Cine y puede ser disfrutada en 15 salas en 07 ciudades del país: Gran Caracas,  Barquisimeto, Maracaibo, Valencia, Maracay, Punto Fijo y Puerto La Cruz.