Dieciséis personas quedan atrapadas en un vagón del metro de la ciudad de Nueva York por varios días, sin comunicación, ni esperanza, ni modo de escapar y una sensación fatal de que van a morir.
REFERENCIA
Leonardo Gutiérrez Leal, más conocido como Leonard Zelig, es un cineasta venezolano afincado en Estados Unidos desde 2002. En su país natal, comenzó a hacer teatro a los 16 años en la Casa Cultural de San Bernardino y luego con el grupo de Teatro de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, para después enfocarse en su pasión por el cine. Así, se graduó en la Escuela de Cine y TV en Venezuela, y posteriormente estudió en la New York Film Academy y en el American Film Institute.
Fue asistente de dirección y director jr. de comerciales; director ejecutivo de su propia productora -Opsis Films- y escritor de la segunda temporada del sitcom "Planeta de 6" (2001), difundida en la televisión venezolana.
En Estados Unidos escribe y dirige los cortometrajes Blind Date (2005), The Manare Welder Project (2008) y 434 (2008). Como productor participa en los cortometrajes December Plans (2007), Thou Shalt not Dream (2008) y Permanence (2008), y es el autor del guión de Como se mata uno (2008). En 2007 produce el largometraje documental venezolano Metralleta, que dirige Belén Orsini, distribuido por Amazonia Films, ganador del premio a la mejor música en el Festival del Cine Venezolano de Mérida de ese año.
Cine improvisado
¿Qué sucede cuando 16 desconocidos quedan atrapados en un vagón de metro de la ciudad de Nueva York, sin contacto con el exterior, sin comida, y con la sensación creciente de que a medida que pasen las horas les aguarda la muerte? Este es el punto de partida de subHysteria (2010), producción "improvisada" de bajo presupuesto (130,000 dólares) filmada al más puro estilo "guerrillero" en 10 días y producida por EO Agency y Egg 7 Films.
Sin un guión propiamente dicho, el film está protagonizado por 16 actores sobre quienes recae la responsabilidad de improvisar los diálogos y las acciones. Inspirada en el trabajo del padre del cine independiente estadounidense John Cassavettes (tras los pasos de su Shadows, de 1959), Leonard Zelig y su socio Javier Perez-Karam, han sido los responsables del argumento y producción de esta ópera prima.
El director cuenta cómo nace el proyecto: “En el verano de 2006 produje el corto de un amigo. Parte del rodaje se hizo en el simulador del metro del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Nueva York y apenas lo vi, me dije: ‘Tienes que inventarte una historia que pase aquí’. La verdad es casi imposible para cineastas independientes tener acceso al metro de Nueva York, y este simulador es, de hecho, ¡un vagón del metro! Así se sembró la semilla y comencé a masticar la historia: ‘Unos panas que se queden atrapados en el vagón’. En agosto de 2008, después de que se nos cayó 'Secrets', otro de mis proyectos, y con todas esas ganas de hacer una película, me reuní con Javier Perez-Karam y Roberto Alcázar, mis socios, y les propuse la idea de hacer de ésta una película improvisada. Cuatro meses más tarde, la película estaba rodada. Eso es lo bueno de las 'películas improv', su inmediatez".
Zelig explica lo que es una “película improvisada”: “Hay varias maneras de hacerlas. El cineasta británico Mike Leigh, por ejemplo, comienza a improvisar tipo teatro y, sobre esa improvisación, escribe un guión y luego lo rueda. Nosotros partimos de una escaleta o lista de escenas y de un trabajo fuerte de creación de personaje. Los actores sabían que la película era acerca de un grupo de personas que se quedaban atrapadas por varios días debajo de la tierra y sin posibilidad de salir, y sabían quién era su personaje. Pero no sabían absolutamente nada de la trama. Hicimos un taller de creación de personajes de dos semanas y comenzamos a rodar.
"Un típico día en el set era más o menos así: Entrábamos al vagón, yo revisaba mi escaleta. Una vez que los actores estaban listos, me reunía con todos y les daba una instrucción general acerca de qué debería pasar en esta escena. Por ejemplo: ‘La escena dura cinco minutos y básicamente se debe crear el momento en el cual ustedes tienen una discusión acerca de qué es lo que está pasando arriba’. Dejaba que ellos se reunieran para organizar sus ideas por un par de minutos y, sin que se dieran cuenta, apartaba a uno de los actores y le decía: ‘Tu olvídate de esa instrucción, tu objetivo es generar un momento donde te da un ataque de pánico’. Como profesionales de la improvisación que eran casi todos, nunca se detuvieron a pensar que ese ataque de pánico no era parte de la instrucción, sino que lo incorporaban a su rutina de actuación. El resultado es que la interpretación es bien orgánica”.
En los créditos de subHysteria, la mayoría de las personas del equipo técnico tienen como mínimo tres cargos. No podía ser de otra forma, si se quería sacar adelante este proyecto con el presupuesto con el que se contaba: “Esta es la cinta venezolana más barata que se estrena en los circuitos nacionales. Por eso es que queremos meter un millón de espectadores en las salas de cine, porque sería tan paradójico que la historia de David y Goliat se repitiera”, comenta Zelig.
Cine Guerrilla
Financiado entre familia, amigos, vecinos, product placement y alianzas estratégicas, la película es una coproducción entre Estados Unidos y Venezuela, y un claro ejemplo del llamado Cine guerrilla, del cual su director es ferviente militante. “Este es un género dentro del mismo cine independiente. Generalmente, cualquier película que se haga por menos de 500 mil dólares es considerada guerrilla. A eso le sumas el hecho de tener un equipo técnico súper reducido, muy pocas locaciones y pocos actores. En dos platos: Es hacer cine con las uñas”.
Películas como El Mariachi, El Proyecto de la Bruja de Blair, Open Water y más recientemente Actividad Paranormal, son películas guerrilla que han trascendido el umbral de más de 100 millones de dólares de taquilla.
Para la promoción, el director cuenta que “Se nos ocurrió hacer un Taller Práctico de Mercadeo Guerrilla de Películas, usando como plataforma a subHysteria. Hasta ahora, tenemos casi 30 miembros que, sin ningún tipo de interés, más que ayudarnos porque les gusta el concepto, se han convertido en nuestro motor de mercadeo. Ahora siento que en la unión está la fuerza. Nos autodenominamos el SubHysteria Street Team y nuestra labor es convertirnos en multiplicadores de las ideas que queremos transmitir, desde nuestra consigna sH 30-A (subHysteria el 30 de abril), pasando por performances públicos”.
(Declaraciones de Leonardo Zelig tomadas de: www.saladeespera.com.ve/).
Guion: Leonard Zelig
Producción: Javier Pérez-Karam
Fotografía: Philip Armand
Montaje: Gustavo Bernal y Javier Pérez-Karam
Música: Daniel Belardinelli
Intérpretes: Osvaldo Benavides, Ginger Kroll, Isabella Cascarano, Elaiza Gil, Rally Gifford, Héctor Palma, Rebeca Alemán, Shannon Lower
Distribución: Cines Unidos